El mensaje presidencial estuvo plagado más de temas políticos que económicos En este sentido se ha enfocado principalmente en lo positivo de su gestión y ha obviado aspectos críticos de la economía y en todo caso ha centrado su atención en la búsqueda de responsables de lo que estamos viviendo actualmente.
Entre los aspectos más destacados por el gobierno, en su informe económico, está el PIB nominal del año 2023, el cual fue de 45.464 millones de dólares, que para ellos fue un hecho histórico. Además, también el presidente destaco la tasa de desocupación, la cual al 1er trimestre 2024 fue del 4,1%, de igual manera menciono el tema de la inflación, que a julio de esa gestión fue del 0,47%, que son los más bajo de la región. Entre otros puntos que también hablo, fue la reducción de la pobreza cerca de un 30% al año 2022, de las inversiones hechas a nivel nacional en el sector público, como también del fortalecimiento e implementación de empresas estatales dentro de su visión y objetivo de gobierno y modelo económico para sustitución de importaciones e industrialización del país.
Igualmente habló de otras políticas y medidas en el área económica destacando sobre todo la efectividad de su modelo económico, sin embargo, no se concentró en la actual crisis derivada por la escasez de dólares y un tipo de cambio elevado en el mercado informal, lo cual ha generado entre tantas cosas el desabastecimiento principalmente de carburantes en el pais. Si bien es cierto que tenemos las tasas más bajas de la región en cuanto a desempleo e inflación, esto no refleja la realidad de nuestra economía. Ya que nuestro indicador bajo de desempleo está camuflando la alta informalidad y la baja calidad de empleo en Bolivia. Hoy si bien nuestra inflación a julio 2024 fue de 0,47% lo que no mencionó el presidente es que la inflación acumulada a lo que va del año es 1,4 veces mayor a la que fue en la misma gestión precedente además que se observa una elevación continua y sostenida de precios en la economía principalmente por la falta de dólares, lo cual encarece, entre varios factores, nuestras importaciones, inclusive de los productos de contrabando.
Mucho menos se habló de la crisis fiscal, que es el origen de la actual escasez de dólares en la economía boliviana. Un gasto público elevado, creciente y sostenido que ha llevado al límite nuestras reservas internacionales y más aún nuestra posesión en divisas, que ha generado que tengamos un tipo de cambio informal en un 100% superior al oficial. El gobierno nacional ha demostrado tener insolvencia e liquidez de dólares y esto ha producido que exista más especulación en el mercado cambiario. Dando lugar a que importar, producir y comercializar en nuestra economía, sea más caro. Afectando notablemente al poder adquisitivo de nuestra moneda y consecuente produciendo que se devalúe por temas inflacionarios.
Hoy el presidente tampoco mencionó otros aspectos importantes como nuestra deuda pública que está cerca al 85% de nuestro PIB, el déficit fiscal de la gestión pasada que fue cerca al 12% del PIB, de los problemas en nuestro comercio exterior, que si bien tuvimos un superávit comercial de cerca de $us.155 millones en junio del 2024, lo preocupante es que el saldo comercial de enero a julio de esa gestión fue de -272 millones de dólares.
En fin, se destacó lo positivo y se obvió, o se ocultó, lo negativo. sin embargo, algo destacable es de que el presidente indicó que se va a cobrar un IVA “cero” para la importación de carburantes por parte del sector privado y público, además que habló, y esperamos que ahora sí sea totalmente efectivo, la liberación de las exportaciones nacionales. Respecto a la subvención de carburantes, se esperaba que se hable de un reajuste en la misma, sin embargo, el gobierno mantendrá los precios fijos tanto para el diésel y la gasolina especial, pero indico que ese tema va a ser tratado en un referéndum, que, a nuestro parecer, no es la mejor instancia para decidir un asunto crucial y fundamental para aliviar la crisis económica a largo plazo en Bolivia.
Aunque en lo económico no todo es negativo, ya que hay algunas medidas interesantes que pueden ayudar a aliviar la actual crisis en el país. No es momento de buscar culpables en el pasado ni tampoco en el presente. Si bien el contexto internacional, factores climatológicos, los conflictos políticos y sociales, y otras variables han hecho más crónico la actual coyuntura, existe una mayor responsabilidad por el gobierno al no tomar las medidas oportunas y eficientes, en política económica, para aliviar la actual crisis que es de origen fiscal (elevado gasto publico) y que ha originado un descalabro en el mercado cambiario del dólar, ocasionando una situación de devaluación, de inflación, de desabastecimiento de productos claves, pérdida de poder adquisitivo, expectativas negativas y mucha incertidumbre en nuestra economía. Lo cual se agrava a la fecha por el rompimiento político, la poca gobernabilidad que existe en el gobierno y conflictos sociales por la falta de soluciones claras a la escasez de dólares, inflación y falta de carburantes para las empresas y familias en Bolivia.