Llegó la hora de proponer los temas del debate electoral

Lo ocurrido el 26 de junio en el Palacio Quemado acelera muchos procesos políticos y visibiliza más la crisis económica. No insistiré sobre la sinrazón y torpeza de quienes, desde el poder, ese día perdieron libreto y coherencia, tensionando hasta el absurdo la tranquilidad social. Tampoco repetiré el desconcierto colectivo arrastrado al escenario impuesto por el MAS, que con sus peleas internas convertidas en titulares nacionales y el control que tiene del aparato del Estado, ha logrado disminuir la voz de la oposición.

Este es un momento oportuno para recuperar el buen genio y construir una agenda que supere la coyuntura mediática de la frustración y nos acerque a la Bolivia que queremos apelando al 60% de la población compuesta por jóvenes menores de 30 años que dominan las redes; a ciudadanos en ejercicio; académicos de espíritu libre; comunicadores de palabra franca; activistas de todos los colectivos; innovadores del pensamiento y la acción; los generadores de excedente simbólico, fabricantes de creatividad, cultura y espíritu; los emprendedores del desarrollo económico local, de la producción sostenible y a 339 alcaldes y alcaldesas que construyen territorio, progreso y oportunidades.

No tiene sentido seguir quejándonos frente a la ignorancia voluntaria que trató de aprovechar la democracia para imponer la derrota del conocimiento universal y de la ciencia, con canallas que querían hacernos sentir vergüenza de saber otras cosas, de aprender, de crear, de construir, de buscar ser mejores, de superar la condición de pobreza trabajando con dignidad, en complementariedad, no confrontación con los saberes ancestrales. Mientras, el mundo había convertido en canción nuestro lamento y nosotros lo obligamos a ignorarnos cada día más por nuestros bloqueos mentales y de caminos.

Comparto algunos temas elementales, incómodos, reiterados hasta el cansancio por el sentido común y que bien podríamos incorporar a la Agenda de la “Internacional de la Gente Decente”, que propone el político andaluz, Felipe López García.

Los actuales gobernantes y los candidatos que aspiran serlo, deben decirnos, ahora, qué medidas proponen para que el Bicentenario de la Independencia, se convierta en una fiesta de reconciliación, apoyando a Chuquisaca y Sucre en el trabajo titánico que realizan. Cómo garantizarán la reactivación económica que retenga los jóvenes que están saliendo buscando futuro. Qué harán para proteger los 23 mil millones de dólares de los jubilados administrados por la Gestora Pública, y no sean “prestados” para el pago de sueldos. Qué proponen para los elefantes blancos de las empresas públicas deficitarias. Qué plan tienen, en el corto plazo, que asegure la provisión de divisas y carburantes. Cuando aprobarán por fin, la Política Nacional de Desarrollo Integral de Ciudades, que permita recuperar 18 años perdidos en los que se negaron lo urbano. Qué saben de las ciudades intermedias. Qué proponen para que las áreas rurales y quienes viven en ellas, campesinos indígenas originarios, no sean obligados a migrar de sus tierras y territorios. Qué políticas públicas aprobarán para que el Turismo se convierta en prioridad nacional, como generador eficaz de cohesión social. Qué harán para que los ríos no sigan contaminándose con mercurio por la extracción de oro. Qué harán con el 95% de la hoja de coca del Chapare que no es controlada por los mercados regulados. Cómo se restablecerá el ejercicio pleno de la autonomía indígena, municipal y departamental en relación a competencias y recursos. Cómo piensan apoyar la capacidad productiva de alimentos, por diversidad y extensión, que garanticen seguridad y soberanía alimentaria. Qué políticas ejecutarán para volver a certificar y explotar sosteniblemente la riqueza forestal. Cómo cumpliremos los Objetivos de Desarrollo Sostenible demandados por el planeta. Cómo piensan superar el manoseo de la justicia y la persecución política, hacer respetar la separación de poderes, garantizar el estado de derecho y acabar con el partido/Estado que profundizó la corrupción del servicio público. Qué acciones ejecutarán para integrarnos definitivamente a MERCOSUR. Qué incentivos aprobarán para volver a ser tierra de contactos, lograr competitividad, conectividad y conseguir mercados para nuestros productos. Con qué medidas fortalecerán tolerancia, respeto a la diferencia y se superará la discriminación y la violencia física, psicológica, verbal y simbólica. Cómo se modificará el bloqueo como instrumento de protesta social. Qué papel cumplirán las universidades y los centros de inteligencia en la recuperación de la innovación y la creatividad. Cómo formarán funcionarios públicos idóneos que aprovechen la experiencia desarrolladas por Confucio hace 2.550 años. Qué proponen hacer en 1 millón de km2 sin población, cuando el 90% de los bolivianos vivamos en ciudades.

Este primer listado, incompleto, complementado con el aporte de cada actor de la democracia, podría servir para elevar el nivel de las preguntas y del debate político. Dependerá de nosotros que así sea.