Las proyecciones para 2025 apuntan a un marketing híbrido donde la automatización y la personalización definirán los puntos de contacto con el consumidor.
Y en este panorama destaca la emergencia de agentes virtuales que operan como “empleados” digitales, la adopción masiva de herramientas de doblaje de contenidos con IA, el crecimiento del live streaming commerce y la posibilidad de configurar procesos de e-commerce casi en su totalidad mediante inteligencia artificial.
El crecimiento exponencial de la IA en los equipos de trabajo indica que los próximos años presenciarán el ascenso de agentes virtuales capaces de llevar a cabo labores específicas, asistiendo a los departamentos de marketing, ventas y atención al cliente. Estas soluciones, alimentadas por algoritmos de aprendizaje profundo, gestionarán tareas que hasta hace poco necesitaban supervisión constante de equipos humanos.
Además, podrán analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real, ofreciendo recomendaciones automáticas y mejorando los tiempos de respuesta. Se espera que para 2025, más del 70% de las interacciones iniciales entre cliente y empresa sean conducidas por agentes inteligentes, lo que impulsará la eficiencia y reducirá los costos operativos en numerosas industrias.
Otro aspecto relevante se enfoca en la reproducción de contenidos a gran escala para expandir el alcance de un mensaje. Meta y YouTube llevan tiempo experimentando con sistemas de doblaje automatizado mediante IA, permitiendo que los creadores de contenido traduzcan y doblen videos sin necesidad de recurrir a procesos de posproducción prolongados.
Esta estrategia se convertirá en un pilar para las marcas que aspiren a agendas globales, puesto que la comunicación multilingüe facilita la penetración en mercados emergentes sin desatender el enfoque local. Asimismo, una mayor adopción de estas tecnologías reducirá los costos de expansión internacional de las empresas.
Se estima, con base en proyecciones internas de algunas plataformas digitales, que para finales de 2025 cerca del 40% de los creadores con al menos un millón de seguidores habrán implementado algún tipo de doblaje con IA para extender la audiencia de sus publicaciones.
A la par, los algoritmos que rigen las redes sociales reciben actualizaciones permanentes con el objetivo de estimular la generación de contenidos originales y el uso óptimo de formatos de video corto.
El modelo de distribución orgánica está virando hacia una lógica en la que la relevancia temática y la originalidad creativa superan la mera constancia en la publicación. Cuando se integra un componente de inteligencia artificial orientado a la optimización de metadatos (etiquetas, descripciones, miniaturas personalizadas, entre otros), se incrementa de modo significativo la probabilidad de acceder a millones de potenciales espectadores.
Este repunte orgánico también se asocia con el auge de “centros de creación de contenido,” espacios en los que influencers y profesionales de la comunicación se reúnen para producir materiales de calidad y maximizar el rendimiento de cada pieza.
Según estimaciones de consultoras de tendencias digitales en Asia, China encabeza la adopción de estos hubs y algunos reportes indican que, para 2025, cerca del 60% de los creadores en plataformas asiáticas participarán en al menos un proyecto colaborativo dentro de instalaciones diseñadas especialmente para livestreaming y producción audiovisual.
El live streaming commerce representa otro pilar transformador de la industria. Los consumidores reciben demostraciones de productos en tiempo real e interactúan con sus marcas predilectas a través de transmisiones en directo que permiten comprar sin salir de la plataforma.
Este fenómeno hace apenas unos años, se veía casi exclusivo de mercadillos virtuales en países asiáticos, donde gigantes del comercio electrónico lideraban la integración de la transmisión en vivo con la transacción digital inmediata.
En la actualidad, no solo se observa la expansión de este modelo hacia otros continentes, sino que también se están implementando herramientas de IA que optimizan la presentación de productos, segmentan las audiencias y gestionan catálogos de forma automática.
De acuerdo con cifras de fines de 2023, más del 45% de los usuarios de redes sociales en Asia ya participa activamente en live streaming commerce, y se prevé que dicho porcentaje supere el 60% para 2025, según analistas de comercio electrónico regional.
La conjunción de agentes virtuales, plataformas de doblaje con IA, estrategias de alcance orgánico y nuevos formatos de difusión en directo está impulsando un marco en el que los límites geográficos parecen desdibujarse.
Muchas empresas se vuelven globales casi de forma instantánea, aprovechando las bondades de las plataformas sociales y nutriendo sus catálogos de productos con información veraz y actualizada al momento.
Esta tendencia concuerda con la proliferación de soluciones de e-commerce manejadas casi en su totalidad por inteligencia artificial. La idea no es solo automatizar la exhibición de los productos, sino también la gestión de inventarios, la atención al cliente y la predicción de tendencias de consumo.
Algunas startups especializadas en análisis predictivo plantean que, hacia 2025, un 35% del e-commerce integrará flujos completamente automáticos, desde el aprovisionamiento hasta la entrega final, sin intervención humana significativa en las decisiones operativas.
Los especialistas consideran que la clave para triunfar en este entorno se encuentra en la adopción inteligente de la automatización. Distintos informes de consultoras tecnológicas sugieren que la inversión en tecnologías de IA aplicada al marketing crecerá cerca de un 25% anual hasta 2025, impulsada por la exigencia de experiencias personalizadas en cada etapa del embudo.
Este panorama requiere que las organizaciones refuercen sus capacidades analíticas y desarrollen un modelo flexible, ya que las preferencias de los consumidores pueden cambiar rápidamente y se requiere agilidad para responder en consecuencia.
Emplear dobles virtuales o empleados digitales no significa deshumanizar el proceso, sino expandir la capacidad de actuación, sosteniendo la autenticidad en cada pieza que se comparte con la audiencia en tiempo real y a escala global, donde la barrera del lenguaje es inexistente.
Esta visión se combina con el pronóstico de que la mayoría de los creadores, especialmente quienes producen contenido audiovisual, adoptarán la traducción automática con IA como parte rutinaria de su estrategia de expansión, en línea con lo esbozado por YouTube y Meta.
En el caso de las marcas, invertir en el desarrollo de centros de creación de contenido o forjar alianzas con “influencers-hub” brinda acceso a costos más competitivos y a una cantidad de recursos compartidos que suelen elevar drásticamente la calidad de las producciones.
De igual manera, las plataformas de streaming están migrando hacia estrategias que integran compras en vivo. Según cifras recopiladas en cyberclick.es, hasta finales de 2023 el comercio en vivo facturó más de 60.000 millones de dólares a nivel global, y se proyecta que supere los 100.000 millones hacia 2025 al ir sumándose mercados occidentales con mayor fuerza.
El atractivo de este formato radica en la inmediatez, el cliente pregunta, el anfitrión responde y el producto se adquiere con unos pocos clics, todo en el mismo entorno digital.
Otra tendencia que va consolidándose es el interés por ecosistemas de aprendizaje automatizado en las campañas de marketing. La IA no solo repercute en la automatización de las acciones, sino en la capacidad de aprender de cada interacción para mejorar de manera continua la segmentación y la eficacia de los mensajes.
Los usuarios, por su parte, ven con buenos ojos aquellas experiencias publicitarias que se sienten a la medida y que les brindan utilidad real.
De acuerdo con un estudio reciente de Deloitte, más del 42% de los consumidores globales está dispuesto a compartir datos personales si percibe que la personalización de productos y servicios satisface mejor sus necesidades.
Este indicador, proyectado hacia 2025, podría llegar a superar el 55%, siempre y cuando las marcas transmitan confianza en el tratamiento de los datos.
El marketing de influencers reconvertido en un marketing de “embajadores virtuales” apunta a fidelizar audiencias, a la vez que la marca se proyecta como un ente vivo y comprensible en distintos idiomas y plataformas.
La IA se encargará de las tareas repetitivas y de la traducción simultánea; hasta de la generación de influencers virtuales, pero la puesta en escena y la originalidad de la narrativa seguirán siendo responsabilidad de los creativos.
Este entorno no deja de sorprender a consultores y gerentes, quienes contemplan cómo cambiará la gestión del talento. El crecimiento de los llamados “empleados digitales” o agentes de IA integrados a la infraestructura organizativa requerirá capacitación continua para quienes diseñen, administren y supervisen estas tecnologías.
La ciberseguridad y la ética en el uso de los datos también se tornan esenciales, ya que el modelo de negocios girará cada vez más en torno a la confianza que una marca inspire al usuario final.
Se proyectan cambios normativos a nivel internacional que podrían buscar una regulación más estricta de la automatización publicitaria y la manipulación de datos personales, lo que abriría un nuevo capítulo en el equilibrio entre innovación e integridad empresarial.
Las empresas que deseen triunfar en este ecosistema están llamadas a desarrollar estrategias donde la creatividad humana y la potencia de la IA permitan respuestas rápidas a las exigencias de un mercado en perpetua evolución.
La combinación de agentes virtuales operando en redes sociales, el doblaje automatizado en múltiples idiomas, y la configuración de un e-commerce basado en IA tienen el potencial de acortar considerablemente la brecha entre una microempresa y una gran multinacional, puesto que la reducción de costos y la agilidad operacional se convertirán en grandes diferenciadores competitivos.
De esta manera, las tendencias para 2025 prometen cambiar los esquemas tradicionales de la economía digital.
Me viene a la mente una frase de Seth Godin que dice: “El marketing ya no se trata de las cosas que vendes, sino de las historias que cuentas.”
Este concepto de la narración en marketing digital adopta un nuevo matiz cuando se fusiona con las tendencias tecnológicas que apuntan a 2025.
Los usuarios exigen historias bien contadas, pero también experiencias fluidas que se adapten a sus hábitos de consumo. Conforme las organizaciones avanzan hacia la automatización de procesos, la IA se convierte en una pieza angular para analizar, organizar y reproducir contenido en múltiples idiomas, con formatos personalizables a cada mercado.
Esta dinámica globalizada favorece la integración de equipos humanos con empleados digitales, impulsados por algoritmos de deep learning, que ofrecen soluciones instantáneas a las necesidades del cliente. En última instancia, la competitividad no se reduce únicamente al producto que se vende, sino a la manera en que se orquesta la experiencia completa.
Un informe publicado a mediados de 2023 por consultoras tecnológicas independientes estima que, para 2025, la adopción de agentes virtuales en atención al cliente y marketing podría crecer a un ritmo cercano al 32% anual.
Un agente virtual puede responder preguntas, resolver incidencias y procesar transacciones con la misma efectividad que un profesional humano, siempre que haya sido configurado y entrenado adecuadamente por la marca, la empresa o en todo caso por una persona profesional con amplia experiencia.
Esta implementación disminuye los tiempos de espera y reduce costos, pero al mismo tiempo obliga a las marcas a afinar su enfoque ético y a supervisar los sesgos que podrían darse en los modelos de lenguaje.
Además, se plantea un reto en la sustitución de ciertos puestos de trabajo, lo que llevará a las organizaciones a buscar un equilibrio entre la automatización y la retención de talento humano especializado.
Los “empleados digitales” no se limitan a la atención al cliente. Algunas compañías de marketing están utilizando versiones virtuales de portavoces famosos — imágenes sintéticas con apariencia humana — para cooperar en lanzamientos de productos y difusión de comunicados en redes sociales.
Estos agentes, programados para transmitir un mensaje acorde al estilo y personalidad de la marca, fungen como “influencers” virtuales que generan experiencias inmersivas. Aunque este fenómeno está despegando con mayor fuerza en mercados asiáticos, se proyecta que en los próximos dos años llegue con más fuerza a regiones europeas y latinoamericanas.
El auge del deepfake controlado abre la puerta a una nueva modalidad de colaboración corporativa con emblemas virtuales que pueden adaptarse de manera casi infinita a diferentes escenarios y públicos.
Cabe mencionar que el propósito de esta columna es ver las tendencias para el 2025 y no así los peligros, como muchas veces abordo en mis publicaciones, sobre todo con el deepfake.
Esta tendencia superará el 20% de adopción global en campañas de marketing digital para 2025, teniendo en cuenta la rapidez con la que los costos de producción se han ido abaratando y el volumen cada vez más amplio de información que fluye en redes.
De manera paralela, el doblaje de contenido vía inteligencia artificial aporta un componente clave para la expansión internacional de los creadores y las marcas. Meta y YouTube llevan tiempo labrando caminos en la traducción automática y el voice-over, ofreciendo la posibilidad de lanzar un mismo video en varios idiomas casi al instante.
El proceso tradicional de doblaje implicaba un estudio de grabación, locutores y una fase de postproducción larga y costosa. Los nuevos sistemas entrenados con redes neuronales sintetizan voces en tiempo real, replicando los matices de la voz original y ajustándose a las particularidades de cada idioma.
Esto repercute directamente en el alcance orgánico de las publicaciones: mientras más idiomas se cubran, mayor será el espectro de audiencia.
Datos recientes señalan que cerca del 57% del público prefiere consumir información en su lengua materna y que un 30% está interesado en opciones multilingües cuando el contenido es audiovisual. Por lo tanto, la traducción instantánea con IA termina por convertirse en un aliado invaluable para creadores e instituciones que busquen traspasar fronteras.
La adopción extensiva de la traducción automática no implica la desaparición de traductores humanos, sino un cambio en el modelo de negocio. Algunos traductores profesionales han optado por especializarse en consultoría y edición final de traducciones automáticas, asegurando que la versión adaptada sea culturalmente adecuada y que los matices del idioma se respeten para no caer en errores desafortunados.
Estas labores de control de calidad seguirán siendo primordiales, en especial en entornos excesivamente técnicos o delicados, como la comunicación médica, legal o financiera. Este enfoque híbrido entre IA y revisión humana tiende a ganar solidez conforme las herramientas de machine learning perfeccionen su comprensión semántica.
Los centros de creación de contenido, que proliferan con rapidez en mercados como el chino y el coreano, han demostrado su eficacia para estimular la colaboración entre influencers, productores audiovisuales, marcas e incluso organismos gubernamentales que buscan difundir campañas de concientización.
Estos espacios se diseñan con equipamiento profesional, entornos de transmisión en vivo, estudios de grabación y áreas de networking que permiten a los creadores intercambiar ideas y concretar proyectos de alta calidad en tiempo récord.
El retorno de inversión (ROI) se sustenta en la monetización compartida y en la posibilidad de organizar múltiples streams simultáneos, algunos de ellos dedicados al comercio en vivo, también conocido como live streaming commerce.
El live streaming commerce es una de las expresiones más exitosas de la convergencia entre entretenimiento y transacción digital. Los usuarios no solo se conectan para observar un producto, sino que participan en tiempo real, hacen preguntas y reciben demostraciones personalizadas a través de hosts o presentadores.
La posibilidad de concluir la compra con uno o dos clics propicia un impulso instantáneo que estimula las ventas impulsivas. Muchas plataformas, inspiradas en modelos asiáticos, implementan sistemas de gamificación y recompensas para quienes participen activamente durante la transmisión, lo que se traduce en fidelidad y refuerza la imagen de marca.
De acuerdo con un estudio conjunto entre analistas de cibermercado, se estima que el volumen de negocio generado por el live streaming commerce alcance los 90.000 millones de dólares para finales de 2024 y supere los 120.000 millones en 2025, teniendo como ejes principales a China, Estados Unidos, Corea del Sur y un creciente interés en Europa.
Los creadores en streaming, a su vez, se benefician de tecnologías de IA que automatizan la detección de tendencias y la gestión de catálogos de productos, ofreciendo recomendaciones precisas sobre qué artículos mostrar en cada transmisión. Dichos sistemas también identifican patrones de comportamiento en la audiencia para programar la transmisión en el horario más adecuado y con el mensaje más atractivo.
El marketing digital, convertido en un ecosistema de productores, embajadores y consumidores que interactúan casi sin intermediarios, encuentra en el streaming en vivo una oportunidad de diferenciación y cercanía.
La cuestión radica en cómo integrar de manera eficiente estas modalidades en el engranaje del e-commerce tradicional, el cual suele incluir páginas web corporativas, pasarelas de pago y logística en casa o a través de proveedores externos.
Una respuesta incipiente, cada vez más fortalecida, proviene del e-commerce con automatización integral de IA, capaz de reorganizar inventarios, actualizar descripciones y mostrar promociones basadas en proyecciones de demanda.
Los expertos destacan que la clave para exprimir al máximo estos avances reside en la capacidad de las empresas para cultivar la confianza de su audiencia. La automatización lleva implícito un elemento de inmediatez que fascina a los consumidores, pero también puede generar recelo si no se comunican con transparencia las políticas de privacidad y el uso de datos personales.
El 48% de los usuarios estaría dispuesto a interactuar con empleados digitales siempre que reciba una experiencia satisfactoria y no se ponga en riesgo su información más sensible. La tranquilidad del usuario pasa por la promesa de un tratamiento ético de los datos. Por eso, las compañías que integren soluciones de IA con total apego a la protección de la información tendrán mayores probabilidades de sobresalir.
Este escenario de 2025 no se restringe a las grandes multinacionales. Las pymes y emprendedores disponen de un catálogo creciente de herramientas en la nube que permiten emular estrategias de marketing avanzadas sin requerir una gran inversión inicial.
Plataformas de CRM con IA, herramientas de email marketing automatizado, motores de recomendación para e-commerce y hasta soluciones de analítica profunda se ofrecen en planes de suscripción flexibles.
Muchos proyectos pueden crecer de manera escalonada a medida que aumentan las ventas y la presencia online. Asimismo, la contratación de servicios de doblaje, livestreaming y creación de contenido se ha vuelto más asequible gracias a la competencia en el mercado digital.
Los blogs y pódcast, que ya se consideraban saturados en décadas anteriores, se revitalizan a través de métodos de producción híbridos. Algunos creadores optan por grabar episodios en vivo con la audiencia, incorporar encuestas rápidas y añadir elementos experimentales como realidad aumentada.
El pódcast con video — o “vodcasting”— se fusiona con la transmisión en directo en redes sociales, mientras la inteligencia artificial colabora en la edición y en la distribución estratégica del material.
El objetivo es generar una experiencia que combine lo mejor del marketing de contenidos con la inmediatez y la participación de la audiencia.
Las proyecciones para 2025 también involucran los llamados “mundos virtuales”. Ya se han observado intenciones en las grandes corporaciones de impulsar plataformas de realidad virtual y metaversos donde los usuarios puedan interactuar con productos y servicios.
Aunque el entusiasmo inicial por los metaversos corporativos encontró tropiezos en su aceptación generalizada, algunos especialistas vaticinan un resurgir para 2025, potenciado por mejoras en la conectividad 5G y la masificación de dispositivos de realidad mixta más económicos.
En ese entorno, las soluciones de inteligencia artificial podrían adoptar roles de guías virtuales y organizadores de eventos digitales, facilitando la participación de visitantes que colaboren, adquieran productos o asistan a presentaciones globales.
El marketing del futuro se define, en gran medida, por la búsqueda de experiencias que impacten y conecten. Las empresas no deben descuidar el pilar creativo, ya que la IA, por muy poderosa que sea, se alimenta de tendencias y datos históricos, lo que puede terminar homogeneizando el discurso si no se cuenta con la chispa humana que plantee nuevas ideas y propuestas disruptivas.
La aspiración es lograr un balance en el que la automatización y la creatividad coexistan para producir resultados sobresalientes. Uno de los riesgos declarados por consultoras como Gartner es que la experiencia del consumidor se “robotice” en exceso, causando desapego y reduciendo la empatía que muchas marcas han tardado años en consolidar.
El componente humano cobra relevancia en la corrección de sesgos y en la dirección estratégica. La IA puede sugerir dónde, cuándo y cómo lanzar una campaña, pero la visión de negocio y el conocimiento de la cultura local continúan siendo esenciales para triunfar en mercados específicos.
Este aspecto se hace evidente en lugares donde coexisten distintos idiomas y costumbres: Latinoamérica, Europa y ciertas regiones de Asia. Si la marca no considera la idiosincrasia local, la implementación de tecnologías de IA en marketing corre el riesgo de crear mensajes estandarizados que no captan la atención real del público.
Hay un consenso entre especialistas de que el liderazgo de la empresa será un componente decisivo para la adopción exitosa de todas estas tendencias. Las directivas que impulsen la formación continua de su personal y fomenten la inmersión en nuevas tecnologías estarán mejor preparadas para afrontar los cambios de mercado.
La retención del talento humano se combina con la capacidad de delegar en agentes digitales un conjunto amplio de tareas predictivas y repetitivas, reservando la parte más cerebral y empática para la mano de obra humana.
El e-commerce completamente automatizado no solo impacta la logística y las ventas, sino también la relación cliente-empresa. La inmediatez en la entrega, la facilidad de seguimiento de pedidos y la precisión en las recomendaciones generan un nuevo estándar de servicio.
Ya no se produce una simple compra, sino un ciclo de satisfacción constante que abarca el descubrimiento del producto, la decisión de compra, la experiencia de entrega y la atención posventa.
Cuando se combinan los elementos de live streaming commerce, centros de creación de contenido e influencers virtuales, las posibilidades de enriquecer la narrativa en torno a un producto se multiplican exponencialmente.
Ya finalizando, la previsión numérica describe una realidad contundente, de cara a 2025, el marketing digital se consolidará como un ecosistema multidimensional que integrará IA, producción audiovisual multimedia, comercio en vivo, doblaje instantáneo y agentes virtuales.
Queda latente el desafío de mantener la cercanía humana en medio de tanta automatización, ya que la “voz de la marca” no debería perder la calidez que la haga reconocible y confiable.
La oportunidad que representa el entorno digital de 2025 es, al mismo tiempo, un camino lleno de interrogantes.
La competencia se volverá más reñida y la diferenciación exigirá dosis crecientes de innovación, calidad narrativa y creatividad.
Incluso con la injerencia creciente de agentes inteligentes en la toma de decisiones diarias, las marcas que emergen con éxito son aquellas que reconstruyen su propuesta de valor de manera honesta y coherente, generando un vínculo emocional con el cliente.
Los datos, por sí solos, carecen de sentido, a menos que se transformen en un relato que el público desee compartir y recordar. Esa fuerza motriz, conjugada con la sofisticación de las tecnologías emergentes, impulsará la configuración definitiva de la industria del marketing y la comunicación en los próximos años.
“En medio de cada dificultad yace una oportunidad.” — Albert Einstein