Enfrentó 70 cirugías: El drama de una mujer a la que le rociaron ácido en la cara

La mujer se encontraba en Zanzíbar, África Oriental, como voluntaria de una escuela local. Una noche se dirigía a cenar con amigos cuando un desconocido la atacó. Su vida cambió por completo.

Publicación: Hace 2 horas
$output.data
$output.data
[Foto: Redes Sociales. ] / Katie Gee, recuperada tras ser atacada con ácido.

Katie Gee es la mujer que tuvo que pasar por el quirófano en 70 ocasiones con el fin de recuperarse tras ser atacada por un desconocido, quien le roció ácido en la cara cuando ella iba a cenar con unos amigos.

“Mi piel estaba verde y mi ropa se deshizo”, contó la víctima.

Originaria del noroeste de Londres, Katie se encontraba en Zanzíbar, África Oriental, como voluntaria en una escuela. Una noche, mientras iba a cenar con unos amigos, un desconocido, a bordo de una motocicleta, se detuvo frente a ella y sin mediar palabra alguna le roció con ácido en el rostro.

La víctima, en medio del pánico, reaccionó impulsivamente y corrió hasta un restaurante que tenía una ducha, esperando calmar el ardor con agua fría.

Katie Gee, recuperada tras ser atacada con ácido.
Katie Gee, recuperada tras ser atacada con ácido.

“Sabía que era ácido porque mi piel estaba volviéndose verde y mi ropa se estaba deshaciendo”, contó Katie.

Katie fue llevada a un hospital, donde empeoró su situación. El centro médico no tenía agua potable con la que le tenían que lavar las heridas.

En ese instante la mujer decidió volver a un hotel cercano donde utilizó la ducha de la piscina para aliviar el dolor.

Un día después, Katie volvió a Londres donde fue hospitalizada al centro médico Chelsea y Westminster, allí empezó un largo tratamiento que incluyó 70 cirugías, la amputación de una oreja y varios injertos de piel.

Katie Gee, recuperada tras ser atacada con ácido.
Katie Gee, recuperada tras ser atacada con ácido.

Las quemaduras cubrían el 35% de su cuerpo, afectando rostro, brazos, abdomen y piernas.

“Cuando me vi por primera vez en el espejo, no me reconocí. Sentí que no era la misma persona”, compartió la joven, a tiempo de señalar que inició una batalla emocional para no sufrir por lo que estaba pasando.

Tras cinco años de tratamiento y operaciones, Katie mejoró su calidad de vida, pero también apuntó a una transformación interna.

“Me di cuenta que la vida es demasiado corta para preocuparme por lo que piensen los demás”, aseveró.