Escándalo en Italia: Acusan a ministro de Cultura por dejar que su amante ‘influencer’ acceda a información confidencial
El ministro de Cultura de Italia presentó este viernes su dimisión dos días después de aparecer en televisión y entre lágrimas pedir perdón a su esposa y a la primera ministra por romance que podría derivar en un problema internacional
El ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiuliano, presentó este viernes su “dimisión irrevocable” tras días de polémica por el caso de una ‘influencer’ con la que mantuvo una relación afectiva y que alega que desempeñó tareas de asesora, en una controversia que ha salpicado el Gobierno de Giorgia Meloni.
“Después de haber reflexionado largamente, tras días dolorosos cargados de odio hacia mí, he decidido presentar en términos irrevocables mi dimisión como ministro de Cultura”, declaró Sangiulano en una carta difundida por el Ministerio de Cultura.
El jefe de Estado italiano, el presidente Sergio Mattarella, aceptó la dimisión de Sangiuliano y recibió en una reunión a Meloni, que propuso como sustituto al frente de la cartera de Cultura a Alessandro Giuli. Este es conocido en Italia por su carrera como periodista y personaje televisivo, y hasta ahora fue presidente de la fundación del Museo Nacional de las Artes del Siglo XXI (MAXXI).
“Agradezco sinceramente a Gennaro Sangiuliano, persona capaz y hombre honesto, el extraordinario trabajo realizado hasta ahora, que permitió al Gobierno italiano alcanzar resultados importantes en la reactivación y valorización del gran patrimonio cultural” de Italia, declaró Giorgia Meloni en un comunicado difundido por su oficina, en el que agregó que había propuesto a Giuli como su sustituto.
El escándalo
El miércoles, en una larga entrevista en la primera cadena de la RAI, la televisión pública, el ahora exministro hizo confesiones públicas sobre Maria Rosaria Boccia, una ‘influencer’ de 41 años, que en los últimos días inundó las redes sociales con imágenes sobre su relación.
“Se volvió una relación sentimental” en mayo pasado, reconoció, y dijo que la terminó “a fines de julio, inicios de agosto”.
Todo se desató cuanto Boccia dijo en redes sociales que fue nombrada “asesora para grandes eventos”, pero al ser desmentida por el ministro, ella comenzó a publicar en redes sociales correos oficiales del Ministerio de Cultura, fotografías y documentos que mostraban que había sido nombrada en el cargo y que había acompañado al ministro en eventos oficiales e incluso supo de los recorridos que harían los ministros del G-7.
En la entrevista el ministro, un hombre casado, dijo con documentos en la mano, que pagó personalmente todos los gastos relacionados con los diversos viajes de Boccia en su compañía, y que ni un solo euro público fue gastado.
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En tanto, en X, antes Twitter, una mujer con el usuario de @stanzaselvaggia señaló que se percató que las historias que Boccia compartía en Instagram sobre sus recorridos en el Palazzo Montecitorio, que alberga la sede de la Cámara de Diputado de Italia, fueron creados con un “Ray-ban meta”. Por lo que serían imágenes de unas gafas con cámara y micrófono incorporados.