Investigada en España por presunta corrupción, la esposa de Pedro Sánchez rechaza declarar
“Este procedimiento carece de objeto alguno en este momento, sobre todo porque (...) las diligencias que se han practicado no han aportado nada contra su defendida”, justificó su abogado Antonio Camacho
Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se acogió este viernes a su derecho a no declarar ante un juez que la investiga por presunta corrupción y tráfico de influencias, en un caso muy incómodo para el mandatario socialista.
Llegada al juzgado madrileño poco antes de las 10H00 (08H00 GMT), al cual ingresó por el garaje para evadir a los periodistas, Gómez volvió a salir del edificio una media hora más tarde tras negarse a prestar declaración, según señalaron a la AFP fuentes judiciales.
“Este procedimiento carece de objeto alguno en este momento, sobre todo porque (...) las diligencias que se han practicado no han aportado nada contra su defendida”, justificó su abogado Antonio Camacho, ante periodistas a la salida del tribunal.
“No llegamos a entender qué guía al juzgado instructor en esta investigación expansiva, que cada vez se extiende más”, continuó el abogado, quien afirmó que en este proceso “las garantías” de Gómez “no están lo protegidas que deben estar en un Estado de derecho”.
La oposición, que ha arreciado sus ataques contra el Gobierno por este asunto, no tardó en criticar la decisión de Gómez de no explicarse ante el tribunal.
“Begoña Gómez se niega a declarar en el juzgado, al igual que Sánchez se niega a declarar en el Congreso” sobre este asunto, escribió en X Miguel Tellado, portavoz parlamentario del conservador Partido Popular, principal de la oposición.
Es “un auténtico insulto a los españoles y un ataque al Poder Judicial”, dijo de su lado Jorge Buxadé, del partido de extrema derecha Vox, tercera fuerza política.
Gómez estaba inicialmente convocada el 5 de julio, pero la sesión fue aplazada ese día cuando la defensa se quejó de no haber sido notificada previamente de una de las querellas y pidió tiempo para estudiarla.
Gómez, especializada en la recaudación de fondos, sobre todo para fundaciones y oenegés, es sospechosa de haber aprovechado el cargo de su marido en sus relaciones profesionales, en particular con Juan Carlos Barrabés, un empresario español que obtuvo ayudas públicas.
La investigación se abrió a raíz de una denuncia de Manos Limpias, un colectivo cercano a la extrema derecha, que reconoció haberse basado exclusivamente en artículos de prensa. Una segunda asociación, Hazte oír, se sumó posteriormente a la causa.
El lunes, ante el juez Juan Carlos Peinado, Barrabés -que da clases en un máster de la Universidad Complutense de Madrid dirigido por Gómez- admitió haberse reunido con ella cinco o seis veces en la Moncloa, la sede de la presidencia del gobierno, dos de ellas en presencia de Sánchez.
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El empresario, que obtuvo cartas de recomendación de Gómez para participar en licitaciones por valor de varios millones de euros, aseguró, sin embargo, que esos encuentros se limitaron a tratar temas de innovación, según fuentes cercanas al caso.
“No hay nada de nada” contra Gómez, estimó ante esas nuevas revelaciones la portavoz del Partido Socialista, Esther Peña, al considerar normal que Sánchez “mantenga reuniones con empresarios, colectivos culturales, con instituciones”.
Una opinión compartida por los investigadores de la Guardia Civil, que presentaron a principios de julio un nuevo informe al tribunal concluyendo que no hubo irregularidades por parte de Gómez, pero también por la Fiscalía, que considera que el expediente debe archivarse.
Cuando se hizo pública la investigación a finales de abril, Sánchez sorprendió a todo el país al anunciar que estaba considerando renunciar. Finalmente, después de tomarse cinco días para reflexionar, decidió quedarse en el poder.
Desde entonces, reitera su denuncia de una estrategia de “acoso y derribo” contra su Gobierno de izquierdas llevada a cabo por “medios de marcada orientación derechista y ultraderechista”, apoyados por la oposición conservadora.
Ante esto, el líder socialista anunció este miércoles un plan de “regeneración democrática”, con el objetivo principal de luchar contra la desinformación, una iniciativa rechazada por la oposición.
Siempre al lado de su marido desde el inicio de su carrera política en los 2000, Gómez ha guardado silencio, siguiendo el papel discreto que siempre ha adoptado.
Licenciada en marketing por la universidad privada Esic de Madrid y con un máster en gestión, Gómez ha llegado a ocupar varios puestos de responsabilidad, como en un departamento de la Universidad Complutense.