Italia: Descubren, 25 años después, a mafiosos que ordenaron asesinato de sindicalista en Sicilia
La Dirección Antimafia de Palermo, dirigida por el fiscal Maurizio de Lucia, emitió este miércoles la orden de prisión preventiva contra los dos jefes mafiosos Pietro y Salvatore Rinella, que actualmente se encuentran en prisión cumpliendo condenas por otros delitos
Las autoridades italianas han identificado, 25 años después del asesinato del sindicalista italiano y activista antimafia Mico Geraci, a los dos jefes mafiosos que ordenaron su muerte a balazos en Sicilia (sur) el 8 de octubre de 1998, delante de su mujer y su hijo.
La Dirección Antimafia de Palermo, dirigida por el fiscal Maurizio de Lucia, emitió este miércoles la orden de prisión preventiva contra los dos jefes mafiosos Pietro y Salvatore Rinella, que actualmente se encuentran en prisión cumpliendo condenas por otros delitos.
La investigación sobre el crimen se ha cerrado y reabierto varias veces en las últimas décadas y a pesar de centrarse desde el principio en la pista mafiosa, los investigadores nunca lograron identificar ni a quienes ordenaron el crimen, ni a los autores materiales.
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La primera pista llegó en 2001, tras las revelaciones del arrepentido y colaborador de justicia Nino Giuffrè, pero sus declaraciones no fueron sustentadas por otras pruebas y en 2006 se cerró la investigación.
Sin embargo, Giuffrè había dado valiosas indicaciones, describiendo el contexto en el que se produjo el asesinato y atribuyendo al máximo jefe de Cosa Nostra, Bernardo Provenzano, la decisión de eliminar al sindicalista, implicado en política y en primera línea en la denuncia de los intereses de la sanguinaria mafia siciliana.
Otros exmafiosos como Emanuele Cecala, Andrea Lombardo y Massimiliano Restivo también revelaron los detalles sobre una serie de crímenes sin resolver, incluido el de Geraci y de ahí la nueva reapertura de la investigación, que concluyó con las medidas cautelares emitidas este miércoles para Salvatore y Pietro Rinella.
Los Rinella, jefes de Trabia, fueron los encargados de ordenar la muerte del incómodo sindicalista después de que el “jefe de jefes” Bernardo Provenzano lo hubiese pedido.
Geraci había expresado su intención postularse para alcalde de su ciudad de nacimiento Caccamo, donde fue asesinado, y en diferentes actos se había opuesto abiertamente a los mafiosos locales.
