La centenaria historia de los cónclaves: el rito para ‘facilitar’ la elección del papa

El papa es el líder de 1.400 millones de católicos en el mundo, pero su designación no cae del cielo sino que, cuando uno muere o renuncia, el sucesor es votado por los cardenales en Roma

Publicación: Hace 4 horas
$output.data
$output.data
[Foto: EFE] / Los cardenales manores de 80 años podrán elegir al nuevo papa

Este miércoles 133 cardenales se encerrarán en la Capilla Sixtina vaticana para votar a un nuevo papa tras la muerte de Francisco. Dará así inicio el cónclave, un rito ideado para acelerar la elección y cuyos orígenes se hunden en los siglos.

El papa es el líder de 1.400 millones de católicos en el mundo, pero su designación no cae del cielo sino que, cuando uno muere o renuncia, el sucesor es votado por los cardenales en Roma, la ciudad en la que fue martirizado el apóstol San Pedro hace dos milenios.

Ahora, la defunción de Francisco el pasado 21 de abril ha puesto nuevamente en marcha la maquinaria y el protocolo de la Santa Sede para garantizar este antiguo y fascinante proceso de sucesión.

La palabra ‘cónclave’ proviene del latín ‘cum clave’, bajo llave, ya que los purpurados se encierran para acercar sus posturas sobre quién debe ostentar el poder pontificio. No obstante, este sistema no siempre funcionó de este modo, sino que ha ido modificándose.

El cristianismo nace en el Imperio Romano y florece en sus ruinas: en los primeros 1.200 años de la iglesia la elección de un pontífice implicaba a toda la comunidad local pero esto permitía que en el proceso interfirieran todo tipo de “poderes” e intereses externos.

En el año 1059, el papa Nicolò II decidió cambiar el sistema y, en la bula ‘In nomine domini’, estableció que únicamente los cardenales podrían votar. Un siglo después, en el 1118, se consumó la primera elección ‘cum clave’, la de Gelasio II, pero fue solo para evitar la violencia en una Roma sacudida por la lucha de facciones.

Cabe destacar que durante siglos los papas actuaron como monarcas absolutos en un territorio menguante, hasta el actual y residual Estado Vaticano, y a veces chocaron o se sometieron a potencias, reyes o emperadores en las viejas luchas de poder en Europa.

El sistema del cónclave quedaría oficializado dos siglos después, en el año 1274, cuando Gregorio X dispuso una serie de reglas en su constitución ‘Ubi Periculum’ para que no repetir el caso que llevó a su elección, considerada aún hoy la más larga de la historia.

Todo pasó en la vieja ciudad de Viterbo (centro), entonces sede apostólica. En su palacio, 18 cardenales se habían atascado durante meses en las negociaciones para concordar un papa. La situación fue tal que los vecinos, hastiados, los encerraron poniendo un muro hasta en las puertas. Tras dos años y nueve meses, Gregorio X salía coronado.

De este modo, el primer cónclave de la historia con reglas fue el que siguió a la ‘Ubi Periculum’, el de 1276 que llevó a la elección de Inocencio V. Luego, la tradición del secretismo fue creciendo hasta que en 1904 Pío X prohibió revelar lo que ocurre en su seno.

Por otro lado, este será el cónclave número 26 que se celebra bajo las bóvedas de la Capilla Sixtina. El primero fue en el año 1492 y concluyó con la subida al trono del español Alejandro VI Borgia.

Juan Pablo II revalidó la elección de la Sixtina para acoger esta ceremonia en su Constitución ‘Universi Dominici Gregis’ (1996) porque los frescos de grandes maestros en sus muros y, sobre todo, el Juicio Final de Miguel Ángel, podrían inspirar a los electores.

“Dispongo que la elección se continúe desarrollando en la Capilla Sixtina, donde todo contribuye a hacer más viva la presencia de Dios, ante el cual cada uno deberá presentarse un día para ser juzgado”, dejó por escrito el papa y santo polaco.

Desde los albores mismos del cristianismo, la designación de sus líderes ha ido modificándose pero, entre algún que otro cisma y división, ha permitido que se hayan sucedido cientos de papas. Francisco fue el 266 sucesor de Pedro, el próximo será el 267.

En la actualidad, el Colegio Cardenalicio está conformado por 252 purpurados pero solo votarán los menores de 80 años, un total de 133 electores, siguiendo una disposición del papa Pablo VI de 1970.

Otra de las particularidades de este fascinante ritual es el modo en que los cardenales aislados anuncian al mundo su acuerdo o desacuerdo: con humo blanco o negro desde una chimenea que se instala para la ocasión en las alturas de la capilla.

El origen de esta tradición se remonta al 1823, cuando el cónclave se desarrollaba en el Palacio del Quirinal de Roma, ahora sede de la Jefatura del Estado italiano, pero la primera vez que se utilizó humo blanco para anunciar el ‘Habemus papam’ fue en 1914, tras la elección de Benedicto XV.