Maduro se alista para asumir su tercer mandato y desde su Gobierno se lanza advertencias a opositores
El acto de posesión está previsto para el mediodía (12:00 HB) en la sede del Parlamento, que el chavismo controla
El presidente Nicolás Maduro celebra frente a una multitud en el palacio de gobierno de Venezuela: viste chaqueta militar y sombrero campesino y empuña la espada de un héroe de la guerra civil del siglo XIX.
“¡La victoria nos pertenecerá por siempre, la victoria es nuestra!”, grita Maduro, ungido por Hugo Chávez como sucesor, que extiende su poder en medio de cuestionamientos a su reeleción y acusaciones de violaciones de derechos humanos mientras intenta mostrar una imagen de hombre común, “un presidente obrero”.
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Su tercer mandato (2025-2031) le proyecta a 18 años en el poder, más que Chávez, que estuvo 14 en el palacio presidencial (1999-2013), y solo superado por el dictador Juan Vicente Gómez, que gobernó por 27 (1908-1935).
“El 10 de enero y los años por venir serán años de paz, serán años de prosperidad, serán años de soberanía e independencia plena”, prometía Maduro en ese acto.
La investidura se produce un día después de una marcha opositora que terminó con la denuncia de un breve arresto de su líder María Corina Machado, que el gobierno negó y calificó de “invento”, mientras el plan de Edmundo González Urrutia de asumir el cargo se vuelve cada hora más improbable.
Maduro movilizó a sus seguidores el jueves y llamó a “salir a las calles por millones” para su juramentación. “El 10 juro con Maduro por el futuro”, reza uno de sus eslogan.
“Maduro no se va, se queda”, zanjó la manifestante chavista Coromoto Maguali, de 65 años.
El acto está previsto para el mediodía (12:00 HB) en la sede del Parlamento, que el chavismo controla.
En los alrededores del legislativo y el resto de los poderes públicos, en el centro de Caracas, fueron desplegados centenares de agentes de seguridad fuertemente armados, parte de un plan de “defensa” de Maduro, que denunció nuevas conspiraciones en su contra que llevaron al arresto de dos estadounidenses -uno, supuestamente, agente del FBI- y una veintena de dirigentes y activistas a principios de semana.
Washington -que niega cualquier complot- ha expresado su reconocimiento al opositor González Urrutia, que visitó la Casa Blanca esta semana. El próximo presidente, Donald Trump, se refirió a él el jueves como “presidente electo”.
Breve arresto
Machado salió de la clandestinidad el jueves para participar de una protesta contra la investidura de Maduro.
“Hoy toda Venezuela salió a la calle”, celebró Machado ante centenares de seguidores, con quienes antes cantó el himno nacional. “¡No tenemos miedo!”, repitió, siguiendo el coro de los manifestantes.
Después de su discurso, subió a una moto y partió. Pocos minutos después una confusión comenzó con la noticia de un arresto, que el gobierno tachó de “invento” y “mentira”. Su equipo político luego reportó que fue “retenida por la fuerza” y luego liberada.
La fiscalía lo tildó de “operación psicológica”.
“Si la decisión fuera detenerla, ya estuviera detenida”, dijo por su parte el ministro del Interior, Diosdado Cabello.
El incidente fue condenado por países como España, Colombia y Chile. Trump calificó a Machado y a González Urrutia como “luchadores por la libertad”.
Machado informó en redes que el viernes explicaría lo ocurrido “y lo que viene”. “Yo estoy ahora en un lugar seguro y con más determinación que nunca”, escribió en la red social X.