Pálidos y delgados, los detenidos por Israel en Gaza vuelven a sus hogares gracias al canje de rehenes

Está previsto que a lo largo del lunes lleguen a al Nasser más de 1.700 prisioneros, la inmensa mayoría son personas a las que Israel detuvo durante su operación militar en Gaza bajo el sistema de “detención administrativa”

Publicación: Hace 2 horas
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[Foto: AFP] / Buses con palestinos que fueron detenidos por fuerzas israelíes

Cuando los primeros autobuses de la Cruz Roja se abren paso lentamente entre la multitud a las puertas del Hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de Gaza, esta se abalanza sobre ellos. Entre besos y lágrimas, recibe a más de mil gazatíes a los que el Ejército israelí detuvo durante los más de dos años de ofensiva en la Franja.

Desde las escaleras externas del hospital, aún con manchas negruzcas después de que Israel las bombardeara a finales de agosto, decenas de personas (entre ellas muchos niños) asoman la cabeza para ver uno de los símbolos del final de la guerra que ha asolado sus hogares.

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“Me detuvieron en el hospital Kamal Adwan (de Beit Lahia, norte de la Franja), fui el único periodista allí”, cuenta Islam Ahmed. A pesar de las ojeras oscuras y profundas que le atraviesan la mirada, se le escapan sonrisas mientras explica su historia una vez de vuelta en Gaza.

“Sobre las condiciones de detención: Fueron muy miserables. ¡Los maltratos con golpes y la humillación no eran nada fáciles!”, explica. Antes de su detención pesaba 106 kilogramos y ayer, cuando le pesaron antes de su puesta en libertad, 76.

Cuando la puerta de uno de los autobuses se abre, lo primero que la multitud encuentra es a uno de los presos desplomado en el suelo del vehículo. Los miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja tienen que sacarle en brazos y trasladarle corriendo al hospital.

Entre quienes logran salir de los buses por su propio pie, hay muchas diferencias. Hay quienes lo hacen abrazados y acariciando a sus familiares, mientras que para otros el abrazo es más bien un apoyo, ya que no pueden caminar bien. Algunos se suben a los hombros de sus compañeros y aprovechan la altura para buscar a los suyos.

La mayoría están muy pálidos y su delgadez queda oculta bajo los chándales grises que visten, marcados en el pecho con el logo del Servicio de Prisiones de Israel.

Ahmed explica que en su detención en diciembre del año pasado, durante el asedio al hospital Kamal Adwan por parte del Ejército israelí, también fue detenido el conocido director del centro: Hussam Abu Safiya.

El director de ese hospital se ha convertido en uno de los rostros entre los prisioneros gazatíes más conocidos, así como uno de los presos más preciados para Israel. A pesar de que los negociadores palestinos exigieron su inclusión en las listas de presos a liberar en los últimos días, Abu Safiya seguirá en prisión.

“Cuando estaba prevista nuestra liberación, vino un alto cargo de los servicios secretos israelíes y le dijo a Hussam ‘perdón, pero te quedas detenido’”, explica Ahmed.

DETENIDOS EN GAZA

Está previsto que a lo largo del lunes lleguen al Nasser más de 1.700 prisioneros (ya entrada la noche habían desfilado ante el hospital unos once autobuses con más de mil presos). Ocho de los detenidos son prisioneros con cadenas perpetuas o condenas de larga duración.

La inmensa mayoría (1.718, según las asociaciones de prisioneros) son, sin embargo, personas a las que Israel detuvo durante su operación militar en Gaza bajo el sistema de “detención administrativa”: sin presentar cargos, sin juicio y por periodos prorrogables de manera indefinida.

Según la lista difundida por la asociación de presos Asra (afín a Hamás), entre ellos había cinco menores de edad y dos mujeres: Silham Abu Salem, de 71 años; y Mervat Sarhan, cuya edad no trascendió pero visiblemente joven.

SIGNOS DE TORTURA

“Muchos prisioneros, en particular los de la Franja de Gaza, presentaban claros signos de tortura física y psicológica, y se documentaron casos de abuso hasta los últimos momentos de su liberación”, denunció este lunes la Comisión de Asuntos de los Detenidos y Exdetenidos y el Club de Prisioneros.

Juma Said Hamdine relata abrazado a su hijo los abusos que sufrió en prisión. Sus ojeras y las canas de una barba descuidada le hacen parecer mayor a pesar de tener 38 años.

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“Pasé casi cuatro meses con las manos atadas y los ojos tapados. Estaba prohibido destaparnos hasta en el momento de la ducha, una vez a la semana. Nos tenían arrodillados 24 horas”, relata.

Le permitían dormirse a media noche para volver a despertarle a las tres de la madrugada. Entonces, le mantenían despierto y arrodillado hasta el medio día. “A la persona que duerme ¡se le castigaba a golpes!”.

Mientras habla, otro chico joven interrumpe la entrevista para fundirse con Hamdine en un abrazo. Una vez se separan, continúa su historia.

“Ya he tachado la fecha de mi nacimiento, que es el 7 de agosto del 1987, y me he hecho una nueva: es el 13 de octubre de 2025. Mi nuevo cumpleaños, nací hoy. ¡Es una alegría que no puede describirse!”, concluye.