Ante la real devaluación del boliviano en mas del 20%, tercamente negada por el Gobierno, con la consiguiente subida de precios de todo lo importado, la ya cantada disminución del subsidio a los carburantes y el crecimiento de la mancha urbana cruceña, el aumento de tarifas de micros se viene con fuerza.
Sin embargo deberíamos aprovechar de esta crisis terminal del transporte público, para exigirles, antes de cualquier incremento un plan de paulatina transformación de la forma como se presta el servicio.
No se trata de pedir ”buses nuevos” o “paradas para espera” o “choferes educados”, nada de eso cambiará las enormes deficiencias de un servicio diseñado hace 50 años pero que ya no da mas.
¿Qué pedir? Una distinta forma de organizar el servicio. A mediano plazo se deben organizar en empresa, pero antes de llegar a ese objetivo, hay cosas en las que se podría ir avanzando:
a) Modificación del trazado de las líneas, por ser contorcidas y se sobreponen. No tiene sentido mantenerlas pues por los retrasos que generan ya no le convienen ni a los pasajeros y menos a los transportistas. El recorrido de una línea debe tener un limite de tiempo, como planteó e Ing. Espinoza, especialista en el tema. Ponemos como ejemplo, un recorrido de no mas de media hora desde la periferia al centro. Esto será difícil mientras sigan siendo líneas independientes, feudos de capos eternos que deciden todo.
b) Posibilidad de viajar con un solo boleto en mas de una línea, aprovechando conexiones. Así funciona el transporte público en todas partes y es algo aprendido de los metros subterráneos. Hoy es norma general del transporte publico en ciudades mínimamente organizadas. Claro que mientras sean líneas enemigas que no se hablan, eso será difícil, pero hay que forzarlo.
c) Los choferes tienen que ser a sueldo y no a destajo. El sistema de destajo es criminal para los choferes y para los ciudadanos que mueren cada día en las calles por ese salvaje sistema que obliga a los choferes a “pelear por su pavo” y cumplir su tiempo poniendo en peligro a todos los ciudadanos. Dice a propósito el Ing. Espinoza “si los choferes se atrasan la multa va a ellos, entonces para evitar pagarla no cumple la ruta, toma atajos, no recoge pasajeros y corre generando accidentes”.
d) Los micros tienen que tener dos puertas, una de entrada y otra de salida, así es en todo el mundo, ¿por qué se siguen comprando buses de una sola puerta, que no está diseñados para transporte público urbano masivo? Y ya que estamos en ello, la altura de los micros también debe empalar con la acera, eso de trepar gradas para entrar a un bus urbano es algo antediluviano...
e) Los micros no deben entrar a calles secundarias sujetas a permanente inundación. Eso, que parece un gesto de gran sensibilidad social, tiene como consecuencia de que apenas llueve el servicio colapsa, pues los micros se quedan plantados o directamente no salen de sus garajes.
Si se lograra todo eso, yo aceptaría feliz el aumento de la tarifa, que como dije se viene de todas formas. No permitamos que los micreros nos hagan perder la oportunidad de mejorar radicalmente el servicio.