1. Faltando apenas 26 días para el cambio de gobierno, la economía boliviana enfrenta una situación límite: el país se queda sin hidrocarburos, el sistema productivo y el transporte nacional están al borde de la parálisis, y los daños económicos y sociales podrían tornarse irreversibles.
2. En este contexto crítico, el reciente debate presidencial reveló no solo amplias coincidencias programáticas entre los candidatos, sino también una inusual disposición al pacto y a la cooperación. Dada la magnitud de la emergencia, resulta impostergable un acuerdo técnico y político inmediato sobre el abastecimiento de combustibles, incluso antes de la transición formal del poder.
3. La propuesta de Rodrigo Paz, quien afirmó tener la capacidad de garantizar el ingreso rápido de gasolina y ofreció coordinar esta acción con el actual gobierno de Arce, constituye un gesto de madurez y responsabilidad nacional que debería ser atendido por todas las fuerzas políticas. Tuto Quiroga también tiene buenas ideas para resolver este tema. Ambas propuestas deben converger para salvar Bolivia en un equipo de transición.
4. Bolivia se desangra energéticamente; ha llegado el momento de que la razón de Estado y el amor por la patria prevalezcan sobre las diferencias partidarias. Es hora de salvar a Bolivia antes de que el motor de la nación se apague por completo.
5. Bolivia necesita un gran pacto después de las elecciones, pero la crisis no puede esperar. Ser patriota hoy es adelantar ese acuerdo en un punto esencial: recuperar el abastecimiento de hidrocarburos ya. Sin energía, no hay país que salvar.