Algo que parece elemental, aritmética pura y condicionada por nuestras leyes es que en nuestro sistema electoral, el que dispersa pierde. Pierde la presidencia pero también pierde en Senadores.
Gana la presidencia quien obtiene 50%. Nadie lo obtendrá, asÍ que iremos a segunda vuelta
Pero aquí viene el detalle: si en la primera vuelta un candidato llega a 40% y el que le sigue no llega al 30%, es decir si la diferencia es de mas de 10% ya no hay segunda vuelta, es decir con 40% ese candidato ha ganado.
Sin proponérselo, las encuestas están dando una imagen distorsionada de la realidad y los políticos y muchos ciudadanos están cayendo en la trampa. ¿por qué? Por varios motivos.
En primer lugar, porque en esas encuesta las zonas indígenas, periféricas y aisladas del país no están adecuadamente representadas, pues es casi imposible llegar a muchos lugares. Es un tema de comodidad estadística.
En segundo lugar, gran parte de los que se declaran no saber por quien votarán son voto oculto de quien no confía y/o no desea que se sepa por quien votará y en gran porcentaje serán votos identitarios , emocionales, subjetivos, impermeables a cualquier razonamiento objetivo. Que el apego emocional es muy difícil de cambiar se los puede explicar cualquier psicólogo. Ese es un voto mayormente masista.
Pero en tercer lugar, el tema mas importante es que lo que une a los votantes en este caso son los intereses, y los múltiples sectores sociales cuyos dirigentes se han beneficiado con el poder del MAS y condicionado el voto de sus bases, en el momento de votar no van a arriesgar el perderlo todo por lo que llegado el momento todos se alinearán sin tantos discursos de unidad, hacia el masista que presente posibilidad de ganar, es decir Andrónico, quien puede llegar así al 40%. Como en la oposición, ninguno puede ni soñar de llegar solo al 30%, la catástrofe está servida, es decir el MAS retorna al poder.
Insisto que, desgraciadamente es muy posible -y es de ingenuos no aceptarlo- que Andrónico llegue al 40%, con los votos compactados de todos las varias formas de masismo. Ellos tienen olfato, no como la oposición que está convencida que solo ellos están ya en cancha ¡que ingenuidad!
Entonces no se trata de buscar la unidad, sabemos que esta no existe, se trata de evitar la dispersión, que nos llevará a una segura derrota. Si no hay unidad, y si se controla el ego de los candidatos, es fácil pensar que quien ceda la presidencia pueda exigir mayor participación en el poder ejecutivo, es decir compartan el poder. Después de todo, no existen grandes diferencias ideológicas entre los principales dos candidatos, ambos se mueven el en ámbito de la democracia liberal.
En síntesis, si Andrónico llega a 40%, cosa posible, con seguridad nadie de la oposición dividida llegará la 30%, por tanto, no hay segunda vuelta. La catástrofe está servida, y sabemos quienes serán los responsables, como sabemos quienes fueron los responsables en la elección anterior.