La crisis de dólares y política económica de Luis Arce aceleran la inflación de alimentos en Bolivia
El domingo, la Ministra de la Presidencia ha intentado construir una narrativa en torno a los conflictos políticos, la falta de consensos y una supuesta crisis energética internacional para explicar la falta de combustibles en el país. Sin embargo, nada de esa explicación pasa un filtro de coherencia, y sobre todo, tampoco aborda los principales problemas que estamos enfrentando. Uno de los grandes efectos del mal manejo económico de Luis Arce, que seguramente será heredado al próximo gobierno es la inflación.
En los últimos dos años, Bolivia enfrenta una grave escasez de dólares, lo que ha desencadenado una serie de efectos adversos en la economía. Uno de los sectores más afectados es el de los alimentos, cuyos precios han registrado un incremento significativo, alcanzando un 21,47% de inflación interanual en febrero de 2025.
Los cuatro factores clave detrás de la inflación de alimentos son:
1. Falta de dólares y crisis en la producción interna La escasez de divisas ha generado problemas en el suministro de combustibles, dificultando el transporte y la producción agropecuaria. A esto se suma que gran parte de los insumos esenciales para la producción de alimentos—como agroquímicos, semillas y otros materiales—son importados, encareciendo los costos de producción.
2. Incremento del contrabando y distorsiones en el mercado La falta de divisas también ha impulsado el contrabando de productos de la canasta básica, ya que muchas mercancías importadas son más costosas debido al tipo de cambio informal. Esto ha generado distorsiones en el mercado interno, afectando tanto a productores como a consumidores.
3. Una política monetaria expansiva y financiamiento del gobierno Para sostener su gasto, el gobierno central ha recurrido a un financiamiento agresivo por parte del Banco Central de Bolivia (BCB), introduciendo una gran cantidad de bolivianos en la economía. Este aumento de liquidez sin respaldo en reservas internacionales contribuye a los desequilibrios monetarios y presiona al alza los precios.
4. Intervención del Estado en mercados estratégicos En un intento por obtener divisas y garantizar el abastecimiento de combustibles, el gobierno ha intervenido en mercados mayoristas clave como el de granos, estaño y oro. A través de compras masivas en el mercado interno, estos productos son posteriormente exportados o utilizados en la producción de biocombustibles. Sin embargo, esta estrategia ha generado una competencia desleal con el sector privado, reduciendo la oferta exportable y, en consecuencia, disminuyendo aún más la llegada de dólares al país.
En definitiva, la combinación de estos factores ha creado un círculo vicioso: la escasez de dólares dificulta la producción y encarece los bienes básicos, mientras que la expansión monetaria del gobierno aumenta la inflación y reduce aún más la disponibilidad de divisas. En este contexto, los alimentos, un componente esencial de la canasta familiar, continúan siendo los más afectados, golpeando el bolsillo de los bolivianos.