Mañana es 17 de agosto y a grandes males grandes remedios

Los plazos electorales, una vez están definidos, son inexorables y sin ánimo de aumentar incertidumbres y angustias, cada día que pasa, es un día menos; debemos tenerlo presente para no caer en eso del lamento boliviano cuando lleguen las consecuencias.

Sostengo por convicción, la necesidad de una propuesta que unifique expectativas ciudadanas frente a las elecciones. En la División del Trabajo existen funciones que permiten que el engranaje social, valga la repetición, funcione. No todos debemos ser taxistas, será necesario, cocineros, lavanderos, burócratas, panteoneros, maestros y así sucesivamente, que ayudarán a mantener un orden concertado. En los momentos de caos y agitación, se demanda además de sabiduría para administrar lo cotidiano, claridad, firmeza y discernimiento para tomar decisiones, y cohesión social para entender la importancia de ponernos de acuerdo. Si no comprendemos estas categorías, posiblemente no evaluaremos los momentos ni la urgencia de asumir compromisos oportunos.

A diferencia de las verdades divinas que no admiten discusión para quien cree en Ellas, la vida en sociedad es una construcción cotidiana que responde dialécticamente a una lógica de ensayo y error y se expresa en una tesis, antítesis y síntesis; y que, para los creyentes, se asienta en el libre albedrío en la toma de decisiones. Si las cosas no salen como esperamos, es probable que se deba a que no estamos interpretando correctamente el momento y no estemos utilizando los instrumentos adecuados. Si los líderes de la oposición no logran visibilizar el escenario en el que vive la sociedad boliviana, posiblemente no sean, ahora, los líderes que necesitamos.

No creo que ésta sea la última oportunidad para salvar la democracia boliviana y que después vendrá el caos definitivo y la luna y el sol desaparecerán, como lo dijo un Oráculo del escapismo. Es posible, simplemente, que será el fin de una generación y un tipo de liderazgo que habiendo tenido la disponibilidad plena de una parte de la sociedad que demandaba algo diferente, no tuvo la capacidad de interpretarlo. Tampoco será posible afirmar que, si el MAS en alguna de sus versiones continúa con el ejercicio del poder, se deba a un designio del mal que necesita una lluvia de fuego y azufre para corregir la historia.

Estoy teniendo la sensación que, los unos y los otros, y nosotros dentro de ellos, estamos mirando una película que no corresponde. Cuando se abrió la Caja de Pandora, se liberaron los males, las desgracias, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la tristeza, el crimen y la vejez, y quedó una sola virtud guardada, y que debía servir en el Mito para reconstruir el futuro, era la Esperanza, En este caso, la necesitamos junto al discernimiento. Ya sabemos que el discernimiento es “la capacidad de elegir entre dos opciones que se consideran buenas, que requieren una reflexión profunda y un análisis cuidadoso para determinar cuál de las dos es más acertada o conveniente para una situación en particular.”

La unidad es un instrumento y hemos aceptado, por la División del Trabajo, la trabajen nuestros líderes. Todavía tienen otra oportunidad antes que la Historia los declare incapaces de solemnidad. Si la solución será por la tragedia, parece que no debemos dejarlos solos en el cumplimiento de una función que no están pudiendo, y empezar nosotros, la gente decente, a presionar con otras opciones. Tengo la sensación que nuestras decisiones no serán peores de aquellas a donde nos están arrastrando, mientras siguen jugando con sus encuestas, con buena voluntad y gran entusiasmo.