Ha llegado el momento en que los transportistas entiendan que su sistema, original y valioso para la Santa Cruz del siglo pasado, ya no va mas: Es inhumano y un peligro público por las exigencias que impone a los choferes, es desconsiderado y riesgoso para con el pasajero, el cual llega a su destino una hora después, pudiendo llegar en media hora, debido al trazado de sus líneas inútilmente largas y sinuosas, solo para beneficio de los propietarios, y es caro para el ciudadano porque en muchos casos debe tomar mas de una línea.
Esta es la oportunidad para que el gobierno municipal se ponga los pantalones y negocie un Sistema Integrado de Transporte Público con sus definiciones para implementar a corto, mediano y largo plazo.
a) Se debe negociar un rediseño de las líneas, controlando que los recorridos no superen limites aceptables de tiempo, por ejemplo media hora y evitando entrar a calles secundarias en mal estado. Este rediseño influiría también en el costo del servicio, pues los recorridos serían mas cortos y con menos perdida de tiempo y combustible en congestiones.
b) Se debe contratar choferes asalariados y no a destajo, situación hoy no solo ilegal sino también peligrosa para los ciudadanos y para los mismos choferes.
c) Se debe poder viajar con un solo boleto en mas de una línea, a fin de que el pasajero pueda “armar” su viaje de manera mas directa y sin costo adicional.
e) Los buses deben tener dos puertas, ser mas bajos y tener aire acondicionado.
f) El Gobierno Municipal debe crear una empresa especializada para concretar el nuevo sistema, como se ha hecho creando EMACRUZ para contratar los servicios de recojo y tratamiento de deshechos sólidos. Es el mismo caso.
g) En estas condiciones, se debe llegar a que el gobierno municipal haga una concesión del sistema de transporte público, para enmarcarse en la ley y dar seguridad jurídica a los beneficiados.
Estas, entre otras, serían las condiciones que se deben negociar, con una descripción de estas etapas en el tiempo, es decir de acuerdo a un cronograma de ejecución que sea aceptado por los transportistas. El proceso puede llevar años, pero es algo que se debe absolutamente iniciar.