“Hoy cae otro verdugo”: Zúñiga “celebra” aprehensión de Del Castillo y lo llama símbolo del abuso de poder
El exjefe militar Juan José Zúñiga cumple detención preventiva por un supuesto intento de golpe de Estado a Luis Arce en 2024
Tras conocerse sobre la aprehensión del exministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, cuando intentaba salir de Bolivia, Juan José Zúñiga investigado por un supuesto intento de golpe de Estado, difundió una carta manuscrita en la que señala a la exautoridad como un símbolo del abuso de poder.
En la carta, Zúñiga expresa su satisfacción por lo que él considera el inicio de la justicia contra quienes ejercieron el poder de manera abusiva.
”No voy a mentirle al pueblo: sí, celebro de verdad y me alegra la caída y la detención de otro verdugo quien tanto daño hizo a Bolivia”, escribe Zúñiga desde su celda.
Zúñiga permanece detenido en la cárcel de El Abra, Cochabamba, investigado por un supuesto golpe de Estado el 24 de junio del 2024.
En su carta, Zúñiga acusa a Del Castillo de haber utilizado a diferentes actores de la Justicia como “instrumentos de venganza política”. Afirma que, durante su gestión como ministro de Gobierno, las cárceles bolivianas se llenaron de personas humildes: soldados, policías, dirigentes sociales y trabajadores que se negaron a someterse al poder establecido.
Además, asegura que estas personas fueron perseguidas mediante delitos inventados y violaciones al debido proceso.
“Un nombre simboliza ese abuso de poder: Eduardo del Castillo (alias “Sonia”), ministro de Gobierno de aquel entonces”, escribió Zúñiga.
El exjefe militar sostiene que él y cientos de militares, policías y civiles permanecen presos por razones políticas en diferentes cárceles del país, convertidos en lo que denomina “trofeos políticos”.
En la carta Zúñiga da la bienvenida al exministro a lo que él llama “las cárceles del pueblo” y espera que pronto rinda cuentas ante la justicia por todo el daño causado. Además, nombra a otros exfuncionarios de Luis Arce como María Nela Prada, Edmundo Novillo y Hugo Moldiz, a quienes también responsabiliza de crear lo que denomina “una maquinaria de venganza política” y de sembrar terror en la población boliviana.
Zúñiga finaliza su carta asegurando que “la verdad puede tardar, pero avanza” y que los “verdugos empiezan a caer”.