Vehículos modificados, placas clonadas y sobornos, así opera la mafia del ‘mercado negro de combustibles’ en Cochabamba
Un equipo de prensa de UNITEL realizó una investigación en la que se pudo conocer cómo es que el mercado negro conseguía combustibles y cuáles eran sus destinos
El incendio en un vehículo que se abastecía de combustible en Cochabamba fue el inicio de una investigación con la que se descubrió cómo opera el mercado negro del combustible, al que no le falta ni gasolina, tampoco diésel, incluso en épocas altas o cuando los surtidores no tienen ambos insumos.
A fines de marzo, un minibús se acercó a un surtidor. Se estaba abasteciendo de combustible, cuando de un momento a otro se inició un incendio. Horas más tarde se observó que el motorizado tenía varios turriles conectados uno con otro, lo que le daba capacidad para cargar varios litros de carburantes.
Los vehículos de quienes operan en el mercado negro de combustibles tienen esa característica, retiran los asientos para acomodar todos los turriles que puedan, pero además utilizan vidrios negros para que no se pueda observar desde afuera el sistema que tienen.
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Solo en Cochabamba, la Policía y la ANH secuestraron 43 vehículos con modificaciones en su tanque de combustible, logrando arrestar a 24 personas y otras 27 quedaron aprehendidas.
“Realizan perforaciones (en los tanques), colocan mangueras, instalan bombas, mediante el cual hacen el desvío del combustible directamente a los turriles”, explicó Rubén Peña, técnico electricista.
Pero ¿Cómo logran que los surtidores les provean combustibles?
Una persona señaló que se dedica a la venta irregular de combustible contó que llegan a negociar con los trabajos de surtidores a quienes pagan entre 50 a 100 bolivianos.
Para evitar contacto con entidades que regulan la comercialización de combustibles, los contrabandistas prefieren acudir a los surtidores de noche. Se abastecen en un surtidor, cambian de placa y después de unas horas se dirigen a otra estación de servicio.
Quienes operan en el mercado negro del combustible, lo hacen de tal manera que incluso pueden conseguir el combustible a pedido.
“Necesito mínimo un turril”, se le planteó a una mujer que vendía en el mercado negro. La respuesta fue segura.
“Te lo puedo juntar, 180 (bolivianos)”, respondió la mujer.
¿A dónde se va el combustible del mercado negro?
No hay mucho misterio. Una parte del combustible se destina a vehículos que requieren con urgencia del combustible y no pueden obtenerlo de manera normal en un surtidor, porque son chutos o por algún otro problema.
Sin embargo, otra parte, talvez la más rentable y que requiere un mayor abastecimiento, es el narcotráfico.
En las intervenciones de la fuerza antidrogas a factorías de droga es común encontrar grandes cantidades de gasolina en turriles, pues para producir un kilogramo de cocaína se estima necesario 284 litros de gasolina.
Así es como opera el mercado negro de los combustibles en Bolivia. Expertos señalan que mientras los negocios ilegales sigan campeando y se mantenga la subvención, será casi imposible frenar el desvío de carburantes.
