Cae la noche y ni la lluvia opaca la majestuosidad del Carnaval de Oruro, Obra Maestra
No es para menos. Miles de danzarines bailan al ritmo de la morenada, el tinku, el caporal, la tradicional diablada, los tobas o la llamerada. Las danzas bolivianas se lucen en las calles abarrotadas de gente que no deja de bailar y aplaudir
Cayó la noche en la capital del folklore de Bolivia. Miles de danzarines han llegado hasta los pies de la Virgen del Socavón y las bandas y sus devotos no han parado de bailar en su honor.
Ni la lluvia ha opacado la majestuosidad de uno de los mejores Carnavales del mundo, declarado en 2001 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Oruro deslumbra, como cada año, a los connacionales y extranjeros.
No es para menos. Miles de danzarines bailan al ritmo de la morenada, el tinku, el caporal, la tradicional diablada, los tobas o la llamerada. Las danzas bolivianas se lucen en las calles abarrotadas de gente que no deja de bailar y aplaudir.
Los conjuntos folklóricos exponen sus pasos y coloridos trajes desde las 07:00 de este sábado al son de las bandas de bronce.
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Delegaciones de otras regiones del país han llegado hasta esta tierra colmada de mística y tradiciones para sumarse al Sábado de Peregrinación, que terminará en las primeras horas del domingo.
Los músicos usan ponchos de plástico, pero la mayoría de los danzarines no. El público no se ha movido de sus butacas.
Los devotos que ya llegaron hasta el Santuario reponen fuerzas para El Alba, la serenata a la “Mamita Candila”, y para el Domingo de Carnaval, cuando vuelvan a las calles orureñas para seguir bailando.
Así es la tierra de la Virgen del Socavón, la capital del folklore boliviano, que luce sus mejores galas en su honor.