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“Hay niños hasta en la sopa”: Jesuitas desoyeron todas las advertencias y enviaron a pederasta a Bolivia

Además, el padre Luis Tó González, gozó de la protección del clero durante años. El diario El País de España accedió a documentos que confirman la responsabilidad de la Compañía de Jesús

Publicación: 07/06/2024 09:36
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El sacerdote jesuita Luis Tó gozó de protección pese a estar condenado por abuso sexual

La Compañía de Jesús, ha negado durante mucho tiempo tener conocimiento sobre los abusos sexuales cometidos por el jesuita catalán Luis Tó González. En 1992, Tó fue condenado a dos años de cárcel por abusar de una menor en el colegio Sant Ignasi de Barcelona, una pena que nunca cumplió. Posteriormente, fue enviado a Bolivia para evadir la sentencia y a pesar de las advertencias de que podía buscar nuevas víctimas, reveló este viernes el diario español El País.

En 2018, cuando el diario El País reveló su traslado a Bolivia, la orden aseguró que Tó no había tenido más contacto con menores ni había sido objeto de nuevas denuncias en su nuevo destino. Sin embargo, la realidad era diferente. Según destapó el medio español hace un año, el sacerdote llegó a Bolivia como profesor de ética sexual para novicios y continuó abusando sexualmente de menores. La orden fue consciente de estos hechos desde una denuncia interna en 2001 por parte de un miembro de la misma, quien fue expulsado.

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Nuevas revelaciones sobre el caso han surgido luego de que salieron a la luz documentos internos de la Compañía de Jesús, obtenidos por El País, que muestran que tanto los jesuitas de Cataluña como el general de la orden en Roma fueron informados regularmente sobre el riesgo de reincidencia de Tó, pero subestimaron el peligro durante 25 años, desde su llegada a Latinoamérica en 1992 hasta su muerte en 2017. La respuesta de la oficina de prensa de la Compañía en España a este diario fue no hacer comentarios, mientras que un portavoz de los jesuitas de Bolivia indicó que el caso está en manos de la justicia y están a la espera de la resolución judicial.

Uno de los documentos clave es un texto firmado en 1998 por el entonces general de la orden, Peter-Hans Kolvenbach, quien autorizó la residencia permanente de Tó en Bolivia pese a las preocupaciones que generaba. El País accedió a unas veinte cartas, la mayoría firmadas por los provinciales en España y Bolivia, que muestran la preferencia por mantener a Tó en Bolivia donde su condena no era de dominio público. Marcos Recolons, entonces provincial en territorio nacional, escribió al máximo responsable de la orden explicando que no convenía su retorno a Barcelona debido a su juicio y condena, sugiriendo su traslado a Bolivia como una forma de rehabilitación dentro de la Compañía.

La publicación de El País salió a la luz este viernes
La publicación de El País salió a la luz este viernes

Recolons, ahora imputado por la justicia boliviana por encubrimiento de abusos, aparece también en la investigación del caso del jesuita Alfonso Pedrajas, quien en su diario secreto admitió haber abusado de al menos 85 menores. Recolons fue citado en ese diario, y nuevas denuncias contra Tó emergieron tanto en Bolivia como en España. El País ha contabilizado al menos ocho víctimas de Tó en el colegio Sant Ignasi de Barcelona. Además, otros jesuitas, como Frances Peris, fueron enviados a Bolivia tras ser acusados de abusos en España y también fueron denunciados en su nuevo destino. La Compañía de Jesús en ambos países se negó a informar de estos casos.

Las cartas revelan el traslado de Tó a La Paz en 1992, poco después de su condena en Barcelona. Inicialmente, la comunidad jesuita boliviana mostró reticencias debido a la publicidad de su condena en la prensa local. Sin embargo, finalmente accedieron a su traslado. Durante sus años en Bolivia, Tó mantuvo contacto constante con sus superiores, y la comunidad jesuita catalana pagaba su terapia psicológica en ambos países. En 1994, durante una visita a Barcelona, surgieron nuevas alarmas sobre su conducta.

En una carta con fecha del 17 octubre de 1994, un responsable del colegio Casp advierte al provincial de los jesuitas en Bolivia, Marcos Recolons, recién nombrado, que Tó podría estar abusando de menores en Bolivia. “Quiero comunicarte los temores de algunas personas que le trataron en los días que estuvo por aquí. Se trata de lo siguiente: en las visitas que iba haciendo Luis mostraba una gran cantidad de fotografías de su actividad en El Alto. Entre ellas, que trataban temas muy variados, aparecía la foto de una niña, siempre la misma y en un plano bastante próximo, y con notable frecuencia. Quizás unas 10 veces”, se lee en la misiva. Varios profesores que vieron las imágenes temieron por las niñas ante los antecedentes de Tó en Barcelona. “Vista la situación me veo en la obligación de comentártelo para que preveas”, añade el responsable del colegio de Casp que escribe. Esto es una prueba de que los jesuitas mintieron en 2018 cuando afirmaron que Tó no estuvo en contacto con menores en Bolivia.

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La documentación interna muestra cómo los jesuitas intercambiaron correos electrónicos sobre qué responder a El País cuando se publicó el caso en 2018. A pesar de admitir internamente que Tó pudo haber tenido contacto con menores, negaron este hecho en sus respuestas públicas. La terapia recibida por Tó fue insuficiente y no logró que reconociera sus delitos, aumentando el riesgo de reincidencia.

“Tal como está ahora, no mejorará. Por otra parte, Luis [Tó] puede repetir los hechos en cualquier momento. Quizá todavía está bajo la ‘garrotada’ pública que le dieron, pero tanto la distancia geográfica como la temporal, le puede hacer bajar la guardia y repetir lo que ha hecho durante muchos años”, dice una de las misivas.

En 1997, la Orden lo envío a Lima, pero no tardó mucho en pedir su regreso a Bolivia, aceptado un año después en una carta, en la que Recolons hace una peculiar alusión al riesgo de que haya menores de edad en su entorno.

El provincial le ofrece un puesto en la dirección de Fe y Alegría, la entidad que gestiona los colegios en el país, pero Recolons tiene dudas sobre dónde vivirá Tó: “Lo que no me queda claro si conviene que vivas en Següencoma o en San Calixto, porque en Següencoma hay niños hasta en la sopa (bueno, un poco menos)”.

También ese año, Marcos Recolons pactó con la orden en Cataluña para que Tó fijara su residencia en Bolivia, alejándolo de nuevas denuncias en España. Recolons, que terminó su mandato como provincial en 1999, ascendió en la jerarquía jesuita hasta llegar a ser asistente regional de América Latina y consejero en la cúpula mundial de la congregación.

En 2001, un novicio denunció que Tó seguía abusando de menores en Bolivia. La respuesta de la Compañía fue expulsar al denunciante.

El caso de Luis Tó y las revelaciones sobre el encubrimiento por parte de la Compañía de Jesús muestran la profundidad del escándalo y la implicación de altos cargos en la protección de abusadores dentro de la orden, ya que los que lo protegieron terminaron llegando a altos puestos en la Orden, a la que pertenece el papa Francisco.

*Tomado de El País de España