Hay un desgobierno absoluto en el Cordón Ecológico, dice Gary Prado sobre viviendas y delincuencia en la zona
Pese a que es un área protegida, en el Cordón Ecológico hay nuevas construcciones de ladrillo y loteamientos, denunció un concejal cruceño
Tras la denuncia de loteamiento y construcciones de viviendas de ladrillo y cemento en el Cordón Ecológico, este miércoles, el abogado y exintendente municipal Gary Prado observa que en esta área de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra no hay ningún tipo de gestión gubernamental ni de la Gobernación en lo que respecta a la protección de los defensivos del río Piraí, ni de la municipalidad para evitar las “proliferación” de construcciones ilegales.
Pero no solamente ello, también la zona es un refugio de malvivientes y de la delincuencia organizada, dijo Prado, que ve una constante acción de antisociales que salen del Cordón Ecológico hacia los barrios periféricos para cometer sus fechorías y no hay quien ponga control.
¿Cuál es la consecuencia de que no exista una planificación para actuar en ese parque como corresponde en esa zona ecológica? Para Prado, es “un desgobierno absoluto” en el que “cada uno hace lo que le parece”.
“Hemos escuchado los testimonios de gente que reconoce que su construcción es ilegal, pero que ha sido permitida, ha sido tolerada. Y ahí está el modelo de gestión municipal. Cuando no se ejerce acción gubernamental, ahí están las consecuencias”, dijo.
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Este martes, el concejal Federico Morón denunció el avasallamiento que supuestamente ejecutan privados en el cordón ecológico, donde se construyeron viviendas pese a la prohibición legal para este tipo de edificaciones.
Morón aseguró que incluso habían dañado el dique que protege a la ciudad de inundaciones.
Cuando se le consultó sobre este tema a Mariana Daga, la nueva secretaria de Planificación de la Alcaldía cruceña, recordó que la ley prevé usos no urbanizables en el Cordón Ecológico y que se hará respetar el área protegida (tiene estatus legal de parque, con leyes nacionales, departamentales y municipales que lo protegen).
Pese a las evidencias de casas levantadas en el lugar, aseguró que su despacho hace un monitoreo constante en la zona.
Señaló además que estas son situaciones que deben ser revisadas y que hay áreas que no son urbanizables, aunque, se debe tener en cuenta que “estamos hablando de gente que tiene el derecho a la vivienda”.
Para Prado, las consecuencias más graves las van a pagar estas mismas personas, ante la posibilidad de que se genere una crecida del río que afecte a “los que están habitando ilegalmente en el lugar”, pero también “las va a pagar la ciudad, porque se está afectando precisamente la contención que significaba la cantidad de árboles y de vegetación en la zona”.
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“He escuchado a la nueva secretaria hablar del derecho a la vivienda. El derecho a la vivienda está fundado en la Constitución, pero es sobre la base de títulos, de documentos legales, no de violación de normas municipales que prohíben habitar en la zona”, apuntó el abogado y exintendente municipal.
¿Qué es lo que necesita la ciudad?
Para Prado, se necesita acción de gobierno. Sola la municipalidad ya no va a poder actuar para poner orden en el Cordón Ecológico y ahí va a requerir del auxilio de la fuerza pública y probablemente hasta de las Fuerzas Armadas porque el lugar “está bajo control de mafias y de personas que ilegalmente han construido”.
“Todas esas construcciones debieron ser demolidas, no está permitido habitar en la zona, y la municipalidad debe actuar con dureza, sin flexibilidad alguna, porque el que viola la ley, el que violenta las normativas, no tiene derecho”, manifestó.
Para el expresidente de la Cámara de la Construcción, Rolando Schrupp, hay intereses inmobiliarios sobre el Cordón Ecológico que superan los 3 mil millones de dólares y que por eso las autoridades no revierten los avasallamientos ni derriban estas construcciones ilegales.
Según Prado, esto es “absolutamente cierto” porque conviven los que violentan las normas municipales con los “palomillos (delincuentes), los consumidores de otro tipo de drogas y, fundamentalmente, la delincuencia organizada que ha encontrado un refugio, un santuario en la zona del cordón”.