Ritos para agradecer a la Pachamama marcan el ‘Martes de Ch’alla’ en Bolivia

En esta jornada, los creyentes adornan sus bienes con banderines, globos, frutas y flores como una forma de agradecer a la Pachamama o Madre Tierra.

Publicación: Hace 7 horas
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[Foto APG] / Dos personas ch’allan una casa en La Paz

En las calles se escucha el estruendo de cohetillos desde las primeras horas de la mañana. En los techos caen confites y mixtura. Se trata de una de las tradiciones más arraigadas en Bolivia: el Martes de Ch’alla.

En esta jornada los creyentes adornan sus bienes con banderines, globos, frutas y flores como una forma de agradecer a la Pachamama o Madre Tierra.

Se ch’alla casi todo lo que uno posee. La casa, el negocio, la fuente laboral, los automóviles. El objetivo es agradecer por los bienes recibidos.

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Luego se rocía alcohol, vino y cerveza las puertas y los muros de las casas. Otros acompañan este ritual con una mesa o k’oa, que se atiza con el mismo objetivo, rendirle tributo a la Pachamama.

Esta costumbre, de origen rural andino, se extendió a otras regiones del país y es una tradición que es parte vital de los festejos de Carnaval.

Rito

La palabra “ch’alla” tiene su origen en la lengua aymara y su traducción significa: “salpicar algo con algún líquido”.

En el área rural, especialmente la altiplánica y también en los valles, la ch’alla se considera un ritual para pedir permiso a la Madre Tierra (Pachamama) y a la naturaleza antes realizar algún tipo de trabajo, explicó el antropólogo Richard Mujica al diario La Razón.

En las zonas rurales los comunarios se dirigen a los cultivos o chacras para efectuar los rituales al ritmo de música autóctona interpretada con tarkas, moseños y pinquillos.

De hecho, estos tres son parte de los instrumentos que se usan en rituales para hacer un llamado a la lluvia.

La tradición manda que viertas alguna bebida a la tierra, riegues coca, además de haber una k’oa y una mesa con dulces y misterios. De esa manera comienza ese permiso a la naturaleza, a la Pachamama, para invitarle esta k’oa”, comenta Mújica.

En las ciudades, ese sincretismo es aún más evidente. El rito de la ch’alla o de la k’oa es un llamado a la prosperidad.

Por eso ch’allamos nuestra casa, nuestro auto, nuestra computadora; para que todos los elementos o bienes materiales nos ayuden a prosperar”, explica el antropólogo.

El investigador y promotor de la cultura andina, Clemente Mamani, destacó que la ch’alla es una de las tradiciones más arraigadas en los pueblos indígenas de los Andes.

Se realiza con ofrendas de alcohol, coca, incienso y otros elementos, dependiendo del contexto y la intención de quienes la practican”, indicó.

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Además, enfatizó que esta tradición no solo se mantiene en el ámbito rural, sino que también ha sido adoptada en las ciudades, especialmente en festividades como el Carnaval y los rituales de inicio de año, reseña la agencia edil AMUN.

Según el investigador, la ch’alla ha resistido el paso del tiempo gracias a la transmisión oral y la identidad cultural de las comunidades andinas.

“La ch’alla nos recuerda que todo lo que tenemos proviene de la naturaleza, y debemos respetarla y agradecerle”, concluyó Mamani.