Un equipo internacional resolvió el secreto detrás del volcán ‘zombi’ en Bolivia
Pasaron más de 2.500 años desde la última erupción del volcán Uturuncu, ubicado al sureste de Bolivia. Sin embargo, aún hay actividad en su interior


El estudio de un equipo internacional, publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, resolvió el inquietante secreto detrás del volcán Uturuncu, ubicado en la provincia potosina Sur Lípez, al sureste de Bolivia, y causa revuelo a nivel internacional.
Uturuncu lleva más de 2.500 años inactivo; sin embargo, muestra señales de vida como temblores, arrojando ocasionalmente columnas de gas y provocando una deformación en el suelo que está alrededor, que le da una forma similar a la de un sombrero.
Los investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (USTC) y la Universidad de Oxford realizaron estudios sismológicos y análisis de rocas e identificaron una fuente probable de la actividad: roca fundida que libera gas que empuja contra la corteza superior de Uturuncu, según explica una publicación de Cornell University.
“La combinación de técnicas presenta una nueva forma de capturar una imagen tridimensional, similar a una tomografía computarizada, de la actividad volcánica del subsuelo, que podría ayudar a predecir erupciones y también identificar potencialmente la ubicación de depósitos minerales muy buscados”, explica la publicación.
“Cuando la gente observa los volcanes, piensa: ‘Si no va a entrar en erupción, no nos interesa’. Pero, en realidad, los volcanes que parecen inactivos en la superficie no lo están en el fondo”, dijo Matthew Pritchard, profesor de ciencias de la tierra y la atmósfera en Ingeniería de Cornell, quien dirigió el equipo de Cornell y que comenzó el proyecto hace 25 años.
“Aún hay procesos en curso. Y los procesos en Uturuncu son particularmente interesantes porque nos revelan los líquidos y gases que circulan por allí y que podrían convertirse, o tal vez ya lo son, en un depósito de minerales con potencial tecnológico”, explicó.
La nota añade que “el análisis del equipo reveló vías de fluidos migratorios que se desplazan hacia la superficie y una zona de acumulación de gas poco profunda bajo el cráter. Este sistema hidrotermal magmático ha provocado que la superficie se eleve hasta un centímetro al año”.
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Agregan que “comprender este sistema puede ayudar a explicar cómo y dónde se forman las concentraciones de cobre y otros minerales”.
“La idea es que los fluidos fluyen a través de la roca fundida y recogen minerales en su camino, los llevan a algún lugar y los depositan”, dijo Pritchard. “Aunque no nos preocupa que este volcán en particular entre en erupción en los próximos años, podemos observar en tiempo real cómo ocurre. Claramente, hay actividad subterránea que, en algún momento, podría ser incluso económicamente útil”.
Bolivia tiene alrededor de una docena de volcanes inactivos y el investigar espera seguir monitoreándolos desde el espacio y la Tierra en caso que alguno se active. “Es posible que el Uturuncu no entre en erupción, pero algunos de sus vecinos sí podrían hacerlo”, dijo.