Por estas razones los caimanes no se comen ni atacan a las capibaras
Estos animales no solo hacen amistad con los depredadores sino también con otros que no son de su especie, incluso se brindan de medio de transporte para aquellos pequeños
En los últimos meses una infinidad de videos de capibaras se han hecho virales en las redes sociales, pero no para mostrar su hábitat o su manera de vivir sino por su inusual y curiosa forma de ser con la que consiguen hacerse ‘amigos’ hasta de sus propios depredadores.
En un multimedia se observa como una capibara o carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris) se acerca a la orilla de una laguna rodeada de más de un centenar de caimanes, pero estos depredadores por naturaleza no le hacen nada, incluso algunos le ceden el paso para que ingrese al agua a nadar.
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Los usuarios expresan sus emociones y admiraciones por esta singular especie, sin embargo, también surge la pregunta del millón: ¿Por qué no se la comen?
Según uno de los internautas que tuvo un encuentro cercano con estos roedores, explicó que los caimanes y otros depredadores no las cazan porque los carpinchos emiten olores desagradables.
“Se llama capibara ese animal está siempre junto animales más peligroso de la selva y no es que le tengan miedo es que se dice que tienen un olor que a los depredadores no les agrada y no les gusta comérselos, pasa por el frente de leones, cocodrilos, hasta serpientes y nadie le hace caso”, escribió uno de los usuarios.
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Estos animales no solo hacen amistad con los depredadores sino también con otros que no son de su especie, incluso se brinda de medio de transporte para aquellos pequeños.
No existe una respuesta científica sobre por qué estos animales no son atacados por otras especies. Según National Geographic, el motivo podría darse por su carácter apacible, ya que no son agresivos ni realizan mucho ruido.
Las capibaras al vivir al lado de fuentes de agua y humedades, su cuerpo está perfectamente adaptado a la vida acuática. De hecho, es su principal ventaja para sobrevivir y su manera de reproducción.
Gracias a sus pies palmeados y patas traseras con una membrana interdigital, estos roedores nadan con facilidad. Pueden bucear y permanecer bajo el agua hasta cinco minutos, y son capaces de nadar con todo el cuerpo sumergido, excepto las orejas, los orificios nasales y los ojos.
