Agro advierte que persiste el desfase de diésel en el campo y urge abastecimiento para salvar la producción
El gerente de Anapo señaló que esto “puede llegar a ser muy perjudicial para el país” e incide en la siembra de soya y en la cosecha de granos como el sorgo, maíz, trigo y girasol
El gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Jaime Hernández, manifestó que aún no fue resuelto el desfase en el abastecimiento de diésel, problemática que golpea al sector en el norte y este de Santa Cruz, donde se espera el carburante para la cosecha de granos como sorgo, maíz, trigo y girasol, y también la siembra de soya.
“Aún falta terminar la siembra de soya en el norte de Santa Cruz y la cosecha en la zona este y el combustible aún no llega”, advirtió el ejecutivo, quien considera que la falta de diésel podría derivar en “grandes pérdidas económicas” para el agro boliviano.
Según Anapo, las zonas productivas aún no reciben el volumen necesario de combustible, pese a que se mantiene coordinación con YPFB, pero que las medidas adoptadas no han sido suficientes, como la implementación de sistemas móviles, que ya desde la semana anterior se han estado enviando a determinadas zonas productivas.
“Lamentablemente, el tema del diésel sigue siendo una preocupación. No hemos podido regularizar el desfase que hemos tenido de abastecimiento desde mayo hasta aproximadamente mediados de junio”, explicó Hernández.
Hernández también denunció la situación que se genera por el mercado negro, que también está influyendo en el tema de desabastecimiento.
Además, según el reporte, la asignación de diésel ULS para los medianos y grandes productores que compran de forma directa de YPFB no llega en cantidades suficientes “como para poder garantizar que las actividades agrícolas se intensifiquen”.
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“Tenemos una siembra proyectada de 400.000 hectáreas en el Norte Integrado, que representan una producción de 800.000 toneladas de soya que ya son excedentes para exportación”, dijo Hernández.
Además, en el este del país hay al menos 800.000 hectáreas con cultivos de sorgo, maíz, trigo y girasol listas para ser cosechadas y al verse afectada la producción, “puede llegar a ser muy perjudicial para el país”, concluyó Hernández.