La solución a la creciente importación de carburantes es el impulso de la exploración y una nueva ley de incentivos, dice exministro
El exministro Álvaro Ríos considera que “YPFB ya no tiene los dólares para comprar todo el combustible que el país necesita” y que Bolivia enfrenta un “agujero negro energético”
Frente a la caída de la producción de carburantes y la creciente importación, el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos consideró que la solución es el impulso de la exploración y una ley que regule el sector generando incentivos para las inversiones privadas.
Los sectores buscan respuesta a su demanda de combustible de manera permanente. Las filas vuelven a los surtidores y las quejas suman.
“Si usted se remonta cuatro años atrás no teníamos ningún corte. No había desabastecimiento en ninguna parte del país. De un tiempo a esta parte, un año y medio atrás más o menos, hemos comenzado a ver algunos desabastecimientos esporádicos”.
En su criterio, esta es una “situación recurrente” que es “muy similar a la de Venezuela, que no desabastecieron al país de una, pero que se iban tornando cada día más complejo el abastecimiento de combustible”.
Para Ríos, el “desabastecimiento” el problema “viene por la escasez de dólares” puesto “YPFB ya no tiene los dólares para comprar todo el combustible que el país necesita y el Banco Central de Bolivia está rascando dólares de donde puede para tratar de abastecer el país”.
El problema se agrava en la medida que la producción de líquidos disminuye a la par de las reservas.
El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, reveló el domingo que la importación de diésel para consumo interno se elevó a 80% en 2024.
En ese marco, descartó la eliminación de la subvención e indicó que impulsa proyectos de exploración para revertir la situación.
En ese contexto, consideró que la solución es la producción de crudo nacional y la industrialización con proyectos como el biodiésel.
Ríos alertó que la “producción de gas natural y condensado y también de petróleo va a la baja” y debido a este panorama “vamos a producir cada vez menos diésel y menos gasolina”.
“Entonces, esto requiere mayores importaciones”, entonces “la situación es insostenible desde el punto de vista de que el Estado pueda abastecer por sí solo todo el país”.
Fondo
Ríos consideró que “el sector privado podría aliviarle en algo la carga al Estado boliviano, que ya no tiene los dólares suficientes para importar y subsidiar” el carburante.
La exautoridad dijo que el dinero que destina el Estado para importar diésel y gasolina es más cada año.
“Es un montón de plata que se va y que tiene que financiar el Estado entonces busquemos ayuda del sector privado que se traigan gasolinas y diésel especial y que se comercialicen bajo otro nombre y que le aliviemos la carga al Estado”, planteó como una de las soluciones.
Sin embargo, las solución estructural pasa por la exploración de hidrocarburos debido a que “Bolivia va a seguir necesitando gasolina, diésel, GLP y gas natural por los próximos 40 o 50 años”.
“Si en 2029 hemos llegado y no hemos descubierto nada, nuestras importaciones van a llegar a 5.000 millones de dólares, que encima de eso hay que subsidiarlas”, señaló.
Otra de las alternativas es el impulso de una ley de hidrocarburos que fomente la inversión privada.
“Ojalá logremos inversión y en vez de perforar uno o dos pozos al año, perforemos 20 pozos al año porque el país va a seguir necesitando”, sostuvo.
Otro factor que encarece el precio del combustible es el transporte de los vecinos países.
“Entonces, estamos ante una situación que yo he denominado el ‘agujero negro energético boliviano’, que se está comiendo la economía, los dólares de Bolivia y son parte de la problemática de dólares que tenemos en el país”, sostuvo.