Italia limita su ciudadanía a descendientes nacidos en el extranjero; solo hijos y bisnietos podrán solicitarla
Las personas con nacionalidad italiana han crecido un 40%, especialmente en Sudamérica donde los últimos 20 años han pasado de ser 800.000 a dos millones, sobre todo en Argentina, Brasil o Venezuela


El Parlamento de Italia convalidó este martes definitivamente una ley que limita la concesión de la nacionalidad a descendientes de italianos en el extranjero para frenar la avalancha de solicitudes, especialmente notable en Sudamérica.
La Cámara de los Diputados aprobó esta ley con 137 votos a favor, 83 en contra y 2 abstenciones, culminando así su tramitación parlamentaria tras el sí del Senado del 15 de mayo.
El Gobierno de Giorgia Meloni aprobó el 28 de marzo esta medida que limita la concesión de la nacionalidad a los descendientes de Italianos que residen en el extranjero para frenar las solicitudes.
MIRA AQUÍ: Trump anuncia la construcción de un escudo antimisiles ‘Cúpula Dorada’ para EEUU
La nueva legislación fue aprobada originariamente como un decreto-ley, un instrumento usado en momentos de urgencia y que debe ser revalidado por las dos cámaras parlamentarias en el plazo de 60 días, lo que se ha conseguido finalmente este martes.
Italia concede su nacionalidad siguiendo, entre otras vías, el principio de ‘Ius Sanguinis’, es decir, por descendencia o filiación, lo que ha hecho que muchas personas extranjeras pero descendientes de antiguos emigrantes italianos la hayan reclamado.
Ahora solo se concederá durante dos generaciones, es decir, si el solicitante tiene un progenitor -biológico o adoptivo- o un abuelo nacido en Italia. También si el padre o madre de un solicitante nacido en el extranjero han residido “al menos durante dos años consecutivos” en el país europeo antes de su nacimiento.
El vicepresidente italiano y ministro de Exteriores, Antonio Tajani, impulsor de esta medida, explicó en una rueda de prensa en marzo que las solicitudes de nacionalidad se han multiplicado en los últimos tiempos, justificándolas en muchos casos en antepasados muy remotos.
En el texto se especifica que este fenómeno es “particularmente significativo” en Sudamérica debido a los grandes flujos migratorios de Italianos a finales del siglo XIX y tras la II Guerra Mundial.
Además subraya que la concesión del pasaporte italiano “implica ventajas significativas” para una persona nacida en el extranjero pues permite residir y trabajar libremente en cualquier país de la Unión Europea.
MIRA AQUÍ: Asesinan a tiros a la secretaria particular y un asesor de jefa de Gobierno de Ciudad de México
Tajani explicó que los italianos en el extranjero han crecido un 40 % en la última década, pasando de los 4,6 millones a los 6,4 millones, especialmente en Sudamérica, donde en los últimos 20 años han pasado de ser 800.000 a superar los dos millones (sobre todo en Argentina, Brasil o Venezuela).
En la rueda de prensa de presentación llegó a mostrar algunos anuncios en español que ofrecían cursos para obtener la nacionalidad italiana prometiendo “salida laboral inmediata”.
La medida ha suscitado un largo e intenso debate parlamentario este martes, defendida por los partidos del Gobierno de coalición de Giorgia Meloni, sus Hermanos de Italia (HdI); la Forza Italia de Tajani y la ultraderechista Liga de Matteo Salvini.
”La cultura y la identidad no son complementos o una llave maestra para beneficiarse de la sanidad, el empleo o las pensiones”, sostuvo el diputado de HdI, Andrea Di Giuseppe.
La oposición criticó duramente la nueva ley. El diputado del Partido Demócrata, Toni Ricciardi, recordó que un rasgo de la ‘italianidad’ es la emigración del pasado y que, por ello, puede hallarse “en la lengua y las tradiciones” de Brasil o Argentina. EFEgsm/ad