La política de comisiones de los bancos y los errores de la ASFI

1. Hace algunos meses, ante la escasez de dólares, el gobierno intervino indirectamente el mercado cambiario a través de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI). Reguló las comisiones para la transferencia al exterior de dólares con tasas que variaban entre el 5% y el 10%. En la práctica, esto implicó una “devaluación” implícita, ya que en los bancos el tipo de cambio oscilaba entre 7.30 Bs (5%) y 7.65 Bs (10%) por cada dólar.

1.1. Estos valores se convirtieron en la referencia mínima para el mercado paralelo. Las intervenciones con regulaciones de comisiones que afectan directamente a los bancos, aunque no están directamente relacionadas con el precio del dólar, se vuelven una referencia indirecta para el precio de la divisa. Si en una operación bancaria con exterior el tipo de cambio es de 7.30 a 7.65 Bs con las comisiones, el mercado paralelo debe estar en estos rangos o más.

2. Además, se multó a varias entidades financieras por haber comprado dólares con comisiones superiores al 20%. ¿Resolvió la crisis de la falta de dólares la intervención? No, en absoluto. La complicó aún más, ya que, frente a un dólar más caro en los bancos pero insuficiente, continuaron las transacciones en mercados paralelos y muchos importadores y exportadores se volcaron al euro, donde no había ningún tipo de restricción. Allí, las comisiones de los bancos volvieron a tasas superiores al 30%. Además, los bancos comenzaron a colocar tipos de cambio muy bajos, por ejemplo, para los euros.

3. Ahora, nuevamente el gobierno, a través de la ASFI, interviene indirectamente el mercado cambiario y, con cierto retraso, se da cuenta de que, frente a la escasez de dólares, los principales actores económicos se volcaron al euro y otras monedas, y que en estas las comisiones de los bancos eran nuevamente libres y llegaron casi al 30%, especialmente en el caso del euro.

4. Ahora, el euro y otras monedas también tendrán un techo máximo de comisión del 20%. ¿Resolverá esto la escasez de dólares y de otras divisas en Bolivia? Definitivamente no. Este cambio, indirectamente regulado del euro, vía comisión del 20%, se vuelve la referencia para el piso mínimo. Aunque esta comisión es para el euro y otras monedas, será extrapolada como referencia también para el mercado paralelo del dólar. Entonces, el mercado entenderá esta intervención como la colocación de un nuevo piso para el dólar y otras monedas. El nuevo piso para el dólar podría ser 8.35 Bs (6.96 + 20%). No olvidemos que estas comisiones actúan como referencia para los mercados paralelos de las divisas, incluyendo el dólar.

5. Estas intervenciones solo generan mayor incertidumbre y desorden en el mercado. Por ejemplo, el euro ha llegado casi a 12 Bs por unidad.

6. Además, la ASFI ha impuesto otra multa a varias entidades financieras. La vez anterior hizo lo mismo y no las disuadió. Probablemente muchos bancos ya han incorporado la multa en sus costos y el negocio de intermediación de divisas sigue siendo muy lucrativo.

7. ¿Pero, cómo se puede hacer frente a este problema? No hay una salida fácil. Por un lado, se podría volver a un sistema de tipo de cambio flexible y sucio. Es decir, que el precio del dólar se determine por la oferta y la demanda, y para que este no tenga saltos muy grandes, el Banco Central de Bolivia (BCB) intervenga el mercado para aminorar los picos. Para esto, el BCB necesita dólares que no tiene. Previo a la flexibilización, tal vez se necesitaría un crédito puente de algún organismo internacional de alrededor de 3000 millones de dólares.

8. La otra alternativa es el control de capitales. Esta es una muy mala idea que ya no funcionó en Argentina ni en ninguna parte del mundo. Pero en la desesperación, el gobierno podría obligar a los exportadores a entregar sus dólares y formar una fila entre los importadores para que el Estado les entregue divisas.

9. Asimismo, existe la opción de que el gobierno devalúe oficialmente. El sinceramiento del tipo de cambio tal vez tenga un impacto menor sobre la inflación, porque, en los hechos, ya se ha dado esta “devaluación” vía mercados paralelos y los agentes económicos han incorporado a sus costos un precio del dólar más caro. Tal vez tendría un efecto adverso sobre los pequeños demandantes de dólares.

10. Pero ninguna de las alternativas técnicas sugeridas es suficiente. Se necesita un abordaje integral al problema que reduzca significativamente el déficit público, que corte el gasto público y cierre varias empresas estatales ineficientes, que implemente la subasta de diésel que ya ha sido acordada con los empresarios privados bolivianos y así reduzca el déficit de este energético, y que focalice los subsidios a la gasolina en los grupos más necesitados, como el transporte público urbano y los autos de baja gama. Pero urge traer dólares en el cortísimo plazo. Ya dijimos que un préstamo puede servir como puente, pero necesitamos una revolución: promover el turismo, que con poca inversión pública y privada podría alcanzar exportaciones entre 2000 y 3000 millones de dólares relativamente rápido. Pero esto implica un cambio de mentalidad.

11. Finalmente, ninguna de estas posibles soluciones técnicas sería viable sin algún acuerdo político básico. Esto parece muy difícil a un año y poco de las elecciones.