Los que no me quieren me llaman Nostradamus y los que me tiene algo de estima también. Las razones son diferentes. Los primeros enfatizan que no acierto en mis predicciones económicas, por lo que soy un falso profeta en la tierra de la revolución. Los segundos porque le di varias veces en el clavo y a veces doy buenos consejos en el ámbito económico, pero también en quehaceres más mundanos como, que hacer si te sobra un dinerito o si necesitas 7 fumadas poderosas para recuperar a tu media naranja. Por supuesto estoy muy lejos de escribir un libro de auto ayuda de cómo hacerse rico. En realidad, es más, una sistematización del sentido común financiero. Por supuesto, el telón de fondo, de estos consejos conejos, es la crisis por la que pasa la economía boliviana cuya punta del iceberg es la falta de dólares. También soy consciente que las ideas a seguir son para alguien que tiene algunos ahorritos, sé que la mayoría tiene el bolsillo vacío hace mucho tiempo.
Primero, hablemos de las grandes tendencias. No esperes que las cosas vuelvan a ser como antes en un par de meses. La crisis de la economía boliviana es estructural y puede durar entre 2 y 4 años, siendo optimista. Esto es una maratón, no una carrera de 100 metros. Lo que ves a tu alrededor es la nueva normalidad. No hay solución mágica ni bala de plata que mate lobo del populismo. Tomará tiempo para salir de los problemas actuales. Ni este gobierno ni el próximo, cualquiera que sea su orientación, no va a resolver todos nuestros problemas de la noche a la mañana.
Adoptando una perspectiva personal. No hay inversiones libres de riesgo. Prevalece la vieja regla: quieres un retorno elevado, pues tendrás que tomar más riesgo. Quieres un retorno seguro pero más bajo, por lo tanto, también tu riesgo debe ser menor. Así que cuidado con poner todos tus ahorros en una sola cosa. Recordemos el sabio consejo de la abuela: “No pongas todos los huevos en una sola canasta”. Diversificar tus inversiones es como repartir el ají de fideo entre todos para que alcance. No pongas todo tu dinero en sólo una inversión, por ejemplo, comprando Bitcoins o comprando oro, esperando hacerte rico de la noche a la mañana, a menos que quieras terminar como el tío que siempre apuesta a la ruleta y nunca gana.
Cuidar el valor de la riqueza o patrimonio, por más pequeño que sea, es esencial y da trabajo. Antes de invertir, investiga, analiza, pregunta y piensa. No compres ese terreno en medio de la nada que tu primo te asegura que “subirá de valor” sin investigar si alguien más piensa lo mismo y si abra un camino que pase cerca. Tampoco compres un departamento que está en el quinto de los infiernos y menos una casa a la lado de un río.
Ahora bien, hablemos del ahorro inteligente en un entorno de escasez de dólares e inflación. Ahorra en monedas extranjeras estables como dólares, euros, yenes o francos suizos. Sé que es muy difícil encontrar estas monedas en la actualidad desde Bolivia. Pero puedes tener amigos o parientes en el exterior que te ayuden a conseguirlas. Si guardas todos tus ahorros en la moneda local que se devalúa cada día, es como tratar de llenar una bañera con el tapón quitado.
Considera la compra de criptomonedas reconocidas y estables, pero ten en cuenta su volatilidad. Comprar Bitcoin puede ser emocionante, pero es como subirte a una montaña rusa. Puede que llegues al cielo o que termines vomitando. Recuerda que no se debe invertir aquello que no estás dispuesto a perder. Utilizar criptomonedas estables (stablecoins) puede ser una buena manera transferir recursos al exterior o pagar alguna importación. El criptodolar (USDT) facilita el acceso, pero está igual de caro que el dólar físico. Si viajas al exterior este puede ser un mecanismo interesante de conseguir divisas para gastarlas en otros países. Pero primero, utiliza tu tarjeta de crédito que te da hasta 1.000 dólares por mes al cambio oficial sin comisiones bancarias.
Si quieres invertir en Bs., busca cuentas de ahorro que ofrezcan tasas de interés ajustadas a la inflación. En el país ya existen algunos bancos ofreciendo depósitos en unidades de fomento a la vivienda (UFV) o con mantenimiento de valor. Invertir en los bonos en dólares del Banco Central de Bolivia, en el corto plazo, también puede ser interesante, siempre que le creas al gobierno.
En cuanto a los activos tangibles, comprar oro u otros metales preciosos que mantengan su valor a lo largo del tiempo es una buena idea. Comprarte una cadena de oro puede ser más útil que comprarte el último modelo de teléfono móvil. El oro no pierde valor, el teléfono sí. Tampoco es descabellado dejar una flamante dentadura de oro para tu viuda.
Invertir en bienes raíces como terrenos o propiedades puede servir como refugio de valor. Comprar un terreno puede ser una inversión segura a largo plazo, al contrario de ese nuevo auto pierde valor apenas la sacas a la calle.
Pasemos a la gestión del presupuesto y reducción de deudas. Implementa un presupuesto estricto y revisa regularmente los gastos para identificar y eliminar costos no esenciales. Este es el tiempo es la serenidad y la sindéresis en los gastos. Haz exactamente lo contrario lo que hace el gobierno. Los gastos en diversión y chelas pueden esperar.
Compra al por mayor y aprovecha descuentos y ofertas para maximizar el valor del dinero gastado. Es como cuando compras el papel higiénico en paquetes grandes. Sí, es un gasto mayor al principio, pero ahorras a largo plazo.
Por amor al santo del puño en alto, deshazte inmediatamente de las deudas en dólares. En estos momentos es nitroglicerina pura. Negocia con los acreedores para reestructurar deudas existentes buscando condiciones más favorables como tasas de interés más bajas o períodos de pago más largos. Habla con tu banco para ver si puedes pagar menos intereses, en vez de esconderte de ellos como si fueran zombis. Los bancos nacionales siempre están queriendo comprar la cartera del otro. Aprovecha esta competencia negocia duro con los bancos, ellos no son devotos de la madre Teresa de Calcuta. Considera la consolidación de deudas en un solo préstamo con una tasa de interés más baja. Además, si tienes ingresos, este es un buen momento para endeudarse en Bs. para la compra de un bien inmueble. Las tasas de interés para una primera vivienda están bajas y reguladas.
No olvidemos la educación y capacitación continua. Aquí jalo agua a mi molino, pero invertir en capital humano es lo mejor en estos tiempos. Aprovecha cursos gratuitos o económicos en línea para adquirir habilidades demandadas en el mercado laboral o en un futuro emprendimiento. Aprender a programar puede ser más útil que ver otra temporada de tu serie favorita. Participa en programas de capacitación profesional que ofrezcan certificaciones reconocidas. Un curso de marketing digital puede abrirte muchas más puertas que el curso de cocina exótica que te parece tan interesante. Si tienes espíritu emprendedor, participa en incubadoras de negocios que ofrezcan apoyo y recursos para desarrollar ideas de negocio innovadoras. Tener un mentor es como tener un GPS en lugar de intentar encontrar el camino con un mapa viejo.
Finalmente, cuidemos la resiliencia y el bienestar personal. Incorpora prácticas como el ejercicio regular, la meditación y actividades recreativas para mantener una buena salud mental y física. Este último consejo conejo lo doy frente al espejo y a ver si me convenzo. Hacer ejercicio es mejor que desahogarte comprando cosas que no necesitas. Mantén y fortalece las redes de apoyo social y familiar. Pasar tiempo con amigos y familia es más reconfortante que cualquier compra impulsiva. Fomenta un diálogo abierto en el hogar sobre las finanzas y la planificación. Hablar de dinero con la familia puede evitar muchos problemas con tu media naranja y suegra, mejor que descubrir al final del mes que no hay dinero para pagar las cuentas. Enseña a los jóvenes principios básicos de educación financiera. Enseñar a tus hijos a ahorrar es más valioso que comprarles el último juguete de moda.