Las crisis económicas y políticas son parte de la historia y estas ponen a prueba la capacidad de adaptación de las sociedades en general y de sus líderes -junto a las instituciones- en particular. Hoy vivimos en una coincidencia de crisis y como la solución está en el escenario político, la calidad de la respuesta política -de actores políticos, económicos y sociales- marcan un antes y un después en el país. ¿Qué opciones tenemos?
Al revisar respuestas históricas ante crisis, en Santa Cruz existe una práctica que resultó exitosa y fue perfeccionada a prueba y error: desde inicios del siglo XX con el memorándum de 1904, durante la década de 1920 con el comité pro intereses del oriente hasta llegar a su culmen y formalizar estas prácticas colaborativas y corporativas con el surgir del Comité Cívico Pro Santa Cruz y luego, durante las luchas por las regalías en los 50s, el nacimiento de cooperativas de servicios básicos y financieros, la década de los 70s y 80s enfrentando la crisis política e hiperinflacionaria... La historia reciente ya la conocemos: además de los elocuentes resultados de producción a pesar de los abusos del Estado Plurinacional y su patético, caduco e insostenible modelo, Santa Cruz es el único departamento que continuó reduciendo la pobreza extrema en plenas crisis de 2016 a 2021.
Así, Santa Cruz cuenta con una ventaja histórica: la ética del futuro compartido es la práctica política en la toma de decisiones multisectoriales ante crisis y/o shocks, hay un tejido interorganizacional que se activa para no dejar a nadie atrás y que es eficiente en la respuesta y adaptación ante la crisis; no es resiliencia ni improvisación, es adaptación eficiente. Son las reglas no escritas para buscar un bien mayor, ¿qué bien mayor que el futuro de Santa Cruz?
Hoy, en plena crisis, líderes empresariales están enfrentando un enorme desafío y si no protegemos políticamente los fundamentos del sistema económico que permite a la población salir de la pobreza y alcanzar la prosperidad, condenamos a la sociedad a la miseria. La ética del futuro compartido es el método del modelo y es una clave histórica para enfrentar la crisis que vivimos.