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Vocero de Gobierno, Jorge Richter, advierte que “el proceso de cambio agoniza”

En un extenso artículo de opinión, Richter señala que hay razones para entender que el ciclo político iniciado en 2006 está a punto de finalizar

Publicación: 22/04/2024 18:37
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Jorge Richter, vocero de Gobierno

“¿Está el proceso de cambio en agonía?” con esta pregunta, Jorge Richter, actual vocero de Gobierno, inicia un artículo de opinión, publicado en varios medios, en el que se cuestiona el estado actual del ciclo político iniciado con la llegada al poder del Movimiento Al Socialismo (MAS) al poder en 2006, hace 18 años, y si éste está llegando a su fin.

Richter, asegura que son varios los procesos políticos que suelen durar precisamente este tiempo en Bolivia: alrededor de 18 años. Cita el agotamiento del “orden oligárquico” previo a la Revolución Nacional de 1952 que llegó al poder y terminó por propiciar la llegada de las dictaduras militares por lo que atribuye fue la “obsesión” de Víctor Paz Estenssoro por modificar la Constitución Política del Estado para reelegirse en la Presidencia. También menciona el periodo que comenzó con el regreso de la democracia en 1982 y la llegada de la “partidocracia” que se desmoronó tras la crisis de octubre de 2003.

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Richter señala que la llegada del “proceso de cambio” iniciada por el MAS en 2006 supone el fin de la democracia pactada y el inicio de la construcción de lo que hoy se conoce como “Estado Plurinacional de Bolivia”.

“Pero hoy, ese proceso del bloque social y popular está resquebrajado, agrietado, hendido y con elementos conductuales y formas políticas que ya lo determinan, -y esta vez vale el casi- casi inexorablemente. Entonces la respuesta a la pregunta inicial es sí, el Proceso de Cambio agoniza”, señala Richter.

El vocero explica que, en 2019, tras la renuncia de Evo Morales a la Presidencia y la llegada de un gobierno transitorio muchos entendieron que era el fin del proceso de cambio, pero se demostró que no cuando, las organizaciones sociales, lograron a través de las urnas que el MAS regrese al poder.

“Sin embargo, lo que pudo ser un proceso de revitalización y oxigenación se convirtió en un retomar el vicio más antiguo: burocratización de dirigencias matrices, instrumentalización del poder, pensamiento de hegemonía dominante, desconsideración por la institucionalidad y las formas recomendadas de la buena cohabitación democrática”, asevera.

Para Richter, la alta dirigencia oficialista entendió mal el mensaje que le había dado la gente tras la victoria de noviembre de 2020: “El MAS, en sus estamentos cupulares, leyó el apoyo obtenido en el proceso electoral como un “vale todo”, un forzado entender que los ciudadanos pueden aceptar lo que venga si la prensa les entrega titulares de optimismo. A ello, la esquizofrenia reeleccionista incluso a costo de pulverizar el proceso histórico y entregar el Estado Plurinacional a la posibilidad de un regresionismo involutivo que nos retraiga a las injusticias sociales y políticas de los años ´90”, escribe.

El vocero asegura que esta visión de la dirigencia terminó por crear “una interna de daños irreparables” que avanzó hasta afectar a las organizaciones sociales, que empezaron a dividirse afectando a ese factor que había hecho al MAS “invencible en tiempos electorales”.

“Se suman a ello, otros factores que exponen el final de ciclo. Las formas de hacer política en el movimiento popular exteriorizan hoy conductas de odio, de posibilidades evidentes de la intención de destruir al otro, así sea este de la misma familia política; muestran que la repetida unidad es solo una palabra de ocasión, no un fin irrenunciable”, describe el vocero de Luis Arce en su columna.

Actualmente el MAS está dividido en dos alas, el ‘evismo’ y el ‘arcismo’ que no pueden ponerse de acuerdo ni siquiera para poder convocar a un congreso interno. Esta división se ha reproducido en organizaciones campesinas y otras afines al MAS.

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Richter advierte que la buscada unidad del masismo hoy se resume a un momento electoral y esto condiciona al proceso de cambio. “Es el preludio del final. Algo así como el tiempo que tomó al militarismo no democrático el perder definitivamente el poder. Algo así también como el tiempo transcurrido entre octubre de 2003 y enero de 2006. El tiempo último de la crisis.”

El vocero señala finalmente que una “candidatura única” tampoco salvará el final del proceso político pues ya se prevé que la división continuará y se avizora un futuro con “previsibles debilidades legislativas” y la “permanencia de un escenario de crisis” que anuncian que “el final de ciclo ya resuena en el país”.

Tras la repercusión del artículo, Richter habló con UNITEL, y señaló que su columna es una reflexión a propósito de un momento político que atraviesa el país que hizo no como funcionario del Gobierno.

“Esto básicamente es una profunda reflexión desde el punto de vista absolutamente político. No tiene nada que ver ni con gestión de gobierno ni alguna relación con ella, es una reflexión para que se mire y se valore el proceso histórico de lo que significó el proceso de cambio, de lo que ha sido la construcción del Estado plurinacional”, aseveró Richter.

Al ser consultado si una reunión entre Evo Morales y Luis Arce podría recomponer la crisis del MAS aseguró que “sería un punto de partida muy importante”, pero ve que en este momento hay un grave riesgo para todo el proyecto político del partido oficialista.

“Si no toman, quienes hoy tienen las decisiones, si no toman un camino de unidad serio, de proyecto político consistente, pues va a venir un tercero y va a tomar esa decisión. Y el país va a girar y va a migrar hacia esas voces que le van a hablar seguramente de una otra Bolivia que no le está proponiendo el Movimiento Al Socialismo.”, señaló.