Ericka Pérez, la Boliviana de Oro que ayuda para que los corazones de niños sigan latiendo

Las afecciones cardiacas afectan a miles de niños en el país, pero hay una ‘Boliviana de Oro’ que ayuda a sanarlas y que estas vidas no dejen de latir a una edad temprana

Publicación: 09/05/2024 23:01
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“El 80% de los niños puede operarse y cuando se operan se soluciona el problema”, dice esta profesional

Los males del corazón amenazan la vida de miles de niños pero una Boliviana de Oro los está sanando. Ella es la doctora Ericka Pérez, una profesional que llena de esperanza el Hospital del Niño de La Paz, con la premisa de que estas vidas no dejen de latir a una edad temprana.

“El 80% de los niños puede operarse y cuando se operan se soluciona el problema. Muchos de estos niños están muriendo con un diagnóstico equivocado y los estamos dejando morir”, señala esta cirujana cardiovascular pediátrico.

Hasta esta profesional de la salud llegan pacientes infantiles cuyo corazón está dejando de funcionar, junto a familias que buscan alivio y tranquilidad para sus pequeños.

Un ejemplo de ello es el caso de la pequeña Angy, una menor que tras una operación del corazón se recupera. Recientemente volvió al Hospital del Niño de La Paz y con un abrazo dice “gracias”.

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“Con la ayuda de la doctora he podido internarla rápido y gracias a Dios la operación ha salido bien. Si no hubiese sido por ella, no sé qué hubiese hecho sin mi hija”, afirma Daniela Crispín, madre de familia.

Como esta pequeña, cada año nacen en Bolivia 5.000 niños con problemas del corazón; la doctora Pérez es una de las pocas especialistas en problemas cardíacos pediátricos que hay en el país.

“Es una de las pocas cirujanas cardiovasculares que hay en el país. La doctora ha tenido que ir a Chile, a Colombia a especializarse y traer todos esos conocimientos a nuestro país. Eso es lo que hay que elogiar: que hizo todo lo posible, venir, formar todo un equipo y que ahora les damos una esperanza de vida a todos estos niños”, dice cardiólogo pediatra Jesús Pozo.

Para ella, jugar con los niños, tener este tipo de detalles ayuda a cerrar la brecha entre médico y paciente, es una muestra a los padres de que su hijo recibe atención con amor y con respeto.

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“Cambió completamente la vida dentro del hospital y facilitó muchísimo la vida de las familias, se logró un apoyo a estas familias y la posibilidad de una vida mucho más plena, una vida más larga”, apunta por su parte María Salete, otra pediatra quien conoce de cerca la labor de esta Boliviana de Oro.

Actualmente, la doctora impulsa un programa que se propone operar, de forma gratuita, de uno a tres niños con problemas del corazón cada semana para que sus vidas no se apaguen.

“La población general, que no tenía seguros, que no tenía acceso a ninguna fundación y que no tenía dinero, que es la mayoría de este país, pues no podía hacer nada. Hemos empezado a trabajar duramente para lograr esto, para darle la opción a todos los niños”, comenta Pérez.

Con la capacidad de poder realizar complejas cirugías cardiacas, se siente con una gran responsabilidad de salvar la vida de estos pequeños, a quienes llama guerreros, por sus ganas y las fuerzas que ponen para salir adelante.

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