Romana Hoffman, la austriaca que dejó su país muy joven para impulsar la educación de niños en Santa Cruz
“Estoy contenta por todo lo que se pudo hacer, ojalá sepan cuidar y mantener”, señaló la hermana franciscana concluye su misión en Bolivia y vuelve a su Austria natal, tras haber ayudado a varias generaciones de niños en el kínder San Antonio
Tras varias décadas de una intensa actividad misional, la hermana franciscana Cecilia Romana Hoffman concluyó su labor en Bolivia y volverá a su Austria natal dejando huella en varias generaciones de niños y niñas que pasaron por las aulas del kínder San Antonio, en Santa Cruz, labor que es reconocida por la comunidad que la contemplan como una ‘Cruceña de Oro’.
Siendo muy joven su congregación decidió enviarla a Bolivia para realizar el servicio de voluntariado. Fue así que tras su llegada ayudó en la edificación del kínder San Antonio, que en un principio eran solo cuatro aulas y que posteriormente se consolidó como un centro de enseñanza completo para enfocado en la educación y los valores cristianos.
Pero más allá de la estructura, el cariño con el que trabajo es reconocido por maestros, colaboradores, padres de familia y por los propios niños que la agasajaron durante su despedida.
“Llegué para aprender castellano y después de un año yo abrí el turno de la tarde (en el kínder). La otra hermana estaba trabajando en el turno de la mañana. Yo creo y siento que he cumplido”, comenta la hermana, al admitir que siente cierta tristeza por concluir su misión y de dejar una ciudad de la que se siente enamorada, pero feliz por todo lo que pudo hacer junto a su convento.
Una secretaria del kínder, Josefina Algarañaz, recuerda que conocer hace más de 30 años a la hermana Romana en su labor educativa y como madre superiora.
“Para mí el aporte grandísimo que ha hecho la madre es en la educación para los niños. Es una de las que ha hecho que esta infraestructura sea posible para todo este barrio, donde vienen más de 300 niños. Duele su partida para las que realmente sabemos lo que vale. La madre deja un gran recuerdo, una gran enseñanza”, señala la profesora María Angélica López.
Desde la Federación de Maestros Urbanos de Santa Cruz, el dirigente Osmar Cabrera le entregó en un acto de homenaje una medalla al mérito pedagógico y sindical como “justo reconocimiento a la ardua labor realizada en todo este tiempo que aquí en Santa Cruz”.
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La profesora Rosario Méndez reconoce el amor que esta ‘Cruceña de Oro’ tiene hacia todas las personas y varios colaboradores del kínder la consideran una madre.
Me deja muchas enseñanzas, sobre todo ese amor tan grande que nos tiene a cada una de nosotros, profesora Rosario Mendez
“La hermana Romana, como yo le digo, fue mi madre, fue la persona que me crio. Estuvo conmigo desde mis tres años”, dice el profesor Pablo Torrez
Las maestras señalan que el título de ‘Cruceña de Oro’ es bien merecido por la hermana que dedicó todos sus años a la educación.
