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Controlar las divisas de las exportaciones “es la peor idea” y no ha funcionado en ningún país, advierte analista

Mientras los productores se declaran en crisis por la devaluación del boliviano, la falta de dólares y de diésel, el Gobierno y los sectores sociales plantearon que el Banco Central de Bolivia (BCB) se quede con los dólares de las exportaciones privadas.

Publicación: 14/08/2024 06:48
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[Unitel] / El analista Gonzalo Chávez.

El economista Gonzalo Chávez advirtió hace algunos días que el control por parte del Gobierno de las divisas de los exportadores se trata de una alternativa que no ha funcionado en “ningún país” y se trata de la “peor idea” para afrontar la falta de dólares.

Mientras los productores se declaran en crisis por la devaluación del boliviano, la falta de dólares y de diésel, el Gobierno y los sectores sociales hablaron este martes sobre agio, especulación y plantearon que el Banco Central de Bolivia (BCB) se quede con los dólares de las exportaciones privadas.

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“Una de las sugerencias que hemos planteado es el control de las divisas de las exportaciones, que es muy importante para que eso entre al BCB, entre al Estado boliviano, y a través de ello se pueda garantizar la circulación del dólar en nuestro Estado”, manifestó Juan Carlos Huarachi, ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB) y portavoz del denominado “Gabinete social”.

Una “alternativa es el control de capital”, señaló Chávez, pero advirtió que “es la peor idea que se nos puede ocurrir”.

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“Ojalá que no la tenga, porque no ha funcionado en la Argentina ni en ninguna parte del mundo”, afirmó.

En la desesperación con la que está el Gobierno, podría obligar a los exportadores a entregarle directamente los dólares de sus ventas en el exterior y hacer formar una fila a todos los importadores que necesiten dólares”.

En este escenario, “el Estado comienza a manejar la entrada y salida de divisas”, un plan que “es una pésima idea, pero que se les puede ocurrir siguiendo el modelo argentino”.

Consecuencias

Chávez consideró que este tipo de medidas genera incertidumbre y otra variación en la cotización de la moneda estadounidense, además “va a complicar la situación económica como ha sido en Argentina y Venezuela”.

Esta medida va a crear mercados paralelos. No es posible hacer ese tipo de controles, al final esos grupos buscan alternativas para irse a mercados secundarios como de hecho está ocurriendo en la actualidad”, señaló el economista.

En ese marco, argumentó que un exportador por ejemplo para producir 100 millones de dólares “ya gastó” un dólar a Bs 9 o Bs 10, pero el BCB lo cambiará a la cotización oficial de Bs 6,96, “entonces, sería una pérdida muy grande y va hacer todo lo posible para escapar de estas restricciones”.

Chávez advirtió que “en todos los casos se produce mercados negros muy grandes, el tipo de cambio se desestabiliza más aún”, por lo tanto, “no es el camino”.

No obstante, el economista puntualizó que “todas las soluciones” van a requerir “un crédito puente” internacional de unos 3.000 millones de dólares.

Tipo cambio flexible

Otra de las alternativas es que “se podría volver al tipo de cambio flexible y sucio”.

Es decir, que el precio del dólar se determine por la oferta y la demanda del mercado y “para que no hayan saltos muy grandes en el precio del dólar” se active la intervención del Banco Central de Bolivia (BCB) para “aminorar los picos”.

Devaluación

Asimismo, planteó la opción de que el Gobierno “de una vez devalúe oficialmente el dólar o el boliviano, en este caso”.

El sinceramiento del tipo de cambio tal vez tenga un impacto menor sobre la inflación porque en los hechos ya se ha dado, entre comillas, una devaluación vía mercados paralelos y los agentes económicos promedio en Bolivia ya han incorporado a sus costos el nuevo precio del dólar, que está más caro, y lo han repasado a la población también”.

Sin embargo, este camino puede generar “un efecto adverso sobre pequeños demandantes de dólares o sectores muy específicos, pero sería un camino”.

Con todo, el economista Chávez afirmó “con absoluta claridad” que “ninguna de las alternativas técnicas sugeridas es suficiente solas” puesto que “necesita de un abordaje integral al problema que reduzca significativamente, por ejemplo, el déficit público”.

Hay que cortar gasto público, cerrar varias empresas estatales que son absolutamente ineficientes. Implementar de una vez la excelente idea que tuvo el Gobierno con los empresarios de hacer una subasta de diésel, que permita y ayuda a reducir el déficit energético del diésel”.

En ese marco, además planteó “focalizar el subsidio de la gasolina a los grupos más necesitados, por ejemplo el transporte público y autos de baja gama”, puesto que los vehículos de alta gama “deberían pagar un subsidio menor o deberían pagar una gasolina con un precio mayor”.

“Finalmente, y no por eso menos importante, ninguna de estas posibles soluciones integrales sería viable sin algún tipo de acuerdo básico, pero esto parece muy difícil a un año y poco de las elecciones”, sostuvo.