Vicepresidente de Moody’s advierte un panorama complicado para Bolivia por menor liquidez externa
“Aparentemente hay voluntad de pago para seguir cumpliendo sus obligaciones, pero para el 2025 habrá elecciones y será una cuestión política”, manifestó William Foster, ejecutivo de la firma internacional
Desde la firma internacional Moody´s advierten sobre un panorama complicado y desafiante para la coyuntura actual de Bolivia, marcada por la falta de dólares, la caída de la producción de hidrocarburos y una menor liquidez externa que trae consigo una mayor vulnerabilidad crediticia.
“Aparentemente hay voluntad de pago para seguir cumpliendo sus obligaciones, pero para el 2025 habrá elecciones y será una cuestión política”, manifestó William Foster, vicepresidente Senior de Riesgo Soberano de Moody´s.
El ejecutivo sostuvo que todo dependerá en cómo el Gobierno maneje esta situación, en donde no parece que se proyecten “ajustes económicos y nuevas reformas que se centren en aumentar las Reservas Internacionales y reducir los déficits para reducir las presiones externas”, por lo que consideró que las presiones se mantendrán o podrían aumentar.
Ante este escenario, el ejecutivo de Moody´s contempló que los riesgos se enfocan en una escasez de dólares y de hidrocarburos, sumado a una contracción económica y riesgos políticos y sociales elevados.
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“Sin cambios vemos que Bolivia podría estar encaminándose hacia una crisis de balanza de pagos, un ajuste severo del tipo de cambio y, posiblemente, incumplimiento de sus compromisos de pagos de ayuda externa”.
Para Bolivia las opciones principales de financiamiento son los ingresos, bonos domésticos, préstamos de organismos multilaterales y otras fuentes oficiales, de acuerdo con la lectura del ejecutivo.
“Aunque la inflación no era un problema en Bolivia, está por debajo del 3% en febrero, por ejemplo. Las condiciones económicas son muy desafiantes. El crecimiento económico se ha desacelerado y hay una tendencia del PIB real por debajo del 2%”, reseñó Foster.
Remarcó que las altas presiones en la balanza de pagos y un deterioro de la cuenta corriente, señalando que hay menos exportaciones y más importaciones, ejemplificando esto con el sector hidrocarburos, donde las subvenciones implican una menos retención de dólares para la economía.
“La producción hidrocarburos es insuficiente para satisfacer la demanda doméstica, donde el inventario de gasolina es bajo e implica mayor gasto fiscal porque la gasolina está subsidiada. Todo esto resulta en déficit fiscales persistentes”, matizó el ejecutivo.
Actualmente, la calificación de riesgo de Bolivia se mantiene en la escala de Caa1, lo cual implica una perspectiva negativa que indica que es poco probable una mejora en el futuro para la lectura del vicepresidente de la calificadora.
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