En las redes sociales, los bulos sobre salud corren mucho más rápido que los hechos

Publicación: 29/06/2025 07:21
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El conocimiento de la salud ha sufrido grandes cambios, pasando de la visión del médico como única fuente de información a la inmediatez del acceso a internet. Confiamos en la red para buscar una respuesta acorde a nuestras expectativas, ya sea en un vídeo corto, un tuit viral o una historia de Instagram.

Sin embargo, esta inmediatez tiene su lado oscuro –y a veces siniestro– cuando ayuda a difundir información no contrastada, o directamente mal intencionada. Tengamos en cuenta que los bulos corren mucho más rápido que los hechos.

Al hablar de desinformación en temas de salud, nos referimos a esos mensajes falsos, incompletos o engañosos que circulan por internet. A veces son intencionados, por intereses políticos o económicos, y otras nacen de malentendidos o bien se aprovechan de la falta de cultura digital de su público.

Pero, en cualquier caso, pueden tener consecuencias muy graves: hay personas que dejan tratamientos, retrasan ir al médico, se automedican o prueban cosas peligrosas por lo que han visto en un vídeo.

Por ejemplo, en agosto de 2021, las llamadas por intoxicación con ivermectina a los centros de toxicología de EE. UU. aumentaron más del 200 % en solo cuatro semanas, tras viralizarse vídeos que la presentaban como un tratamiento definitivo contra el coronavirus.

La vacunación es precisamente un blanco favorito de la desinformación. Durante la pandemia se observó que más del 25 % de los vídeos más vistos sobre covid en YouTube contenían información falsa.