Fuga de reos: Criminóloga considera que hay “impunidad” en “mandos superiores” y que organizaciones criminales controlan los penales
“Los únicos que han pagado por esto son policías de bajo rango y claramente la corrupción y la protección no solo se queda en los niveles más bajos; hay que subir más arriba para ver hasta qué punto pueden corromper”, dijo la criminóloga Gabriela Reyes


Para la criminóloga Gabriela Reyes, “hay una crisis generalizada del Régimen Penitenciario, que también se ve en lo que hemos estado viendo en estos días”, con la fuga de los reos en cárceles de La Paz.
“Es importantísimo enfocarse en reducir los niveles de corrupción policial”, sostuvo y advirtió que hay “impunidad” en mandos superiores de Seguridad Penitenciaria, a cargo de la Policía.
Hace tres semanas, el brasileño Edivaldo Meneses Iglesias, miembro del PCC, condenado por varios delitos, incluido el asesinato de un policía, y el chileno Víctor Ramírez Valenzuela, fugaron de la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro.
Este fin de semana, otros dos reos extranjeros fugaron de la cárcel de San Pedro de La Paz: El peruano Cirilo Reyna Herrera, de 23 años de edad, y el brasileño Jader Gilbert da Silva Gaspar, de 35 años de edad, evadieron los controles policiales y fugaron con una cuerda improvisada por un muro. Ambos son procesados por narcotráfico.
Los casos tiene un factor común, apuntó Reyes: “Son presos de alta peligrosidad, todos ellos extranjeros y con un posible vínculo con el crimen organizado”.
En su juicio, la fuga de reos de penales de máxima seguridad como el de Chonchocoro en La Paz “no es posible si no tiene colaboración con la gente que está encargada de los controles, digamos la Policía, y eso también demuestra una debilidad en el Régimen Penitenciario”.
Otro de los factores que observó la criminóloga es la falta de personal policial que está destinado a las cárceles del país.
“Para 5.000 privados de libertad hay ocho listeros, es decir, que son ocho policías que cada día tienen que llamar la lista a 5.000 privados de libertad”, señaló.
LOS PROCESADOS
Reyes puso en mesa que “los únicos que han pagado por esto son policías de bajo rango, los que estaban encargados de la llave, de la seguridad directa y claramente la corrupción y la protección no solo se queda en los niveles más bajos, hay que subir más arriba para ver hasta qué punto pueden corromper a las autoridades”.
En ese marco, advirtió que ante la falta de personal, el control de los penales está en manos de los privados de libertad, y no se descarta que los miembros del Primer Comando Capital (PCC), la peligrosa organización criminal de Brasil, opere también en los penales.
“Sabemos que el PCC está en Bolivia, no solo se dedica al narcotráfico, ha logrado diversificar su cartera de delitos en Bolivia y tiene una participación importantísima”, como un informe de las autoridades de Brasil reveló la semana pasada.
“En las cárceles, no solo puede corromper, no solo pueden reclutar a otros miembros, pero también pueden además participar, digitar delitos desde la cárcel porque hay muy poco control”, sostuvo.
“Una organización tan poderosa económicamente, con tantos vínculos, tanto fuera como dentro, de las cárceles, tiene carta blanca para hacer y deshacer al interior de los recintos penitenciarios en un contexto de impunidad de las principales cabezas penitenciarias, es decir, policías de alto mando y de la parte administrativa y política”, advirtió.
Cárceles
El criminalista observó que “se siguen digitando los delitos desde la cárcel”.
En su juicio, “las cárceles se están volviendo lugares bastante vulnerables para reclutar a gente vinculada al crimen organizado, es decir, un privado de libertad entra por robo menor y reincide por asesinato y algún tipo de relación con el crimen organizado”.
Insistió en que “hay policías de mayor rango que tienen una supervisión general de lo que hacen estos policías de bajo rango”, por lo tanto, “hay tenientes coroneles y coroneles que verifican, que tienen que supervisar el trabajo de los sargentos que hoy están siendo castigados, pero los de arriba están totalmente impunes”.
En ese marco, Reyes sugirió concentrarse “en la corrupción policial al interior de las cárceles”.
Una de las primeras medidas que planteó es la “alta rotación de los policías para evitar está cooptación del crimen organizado a estos elementos”
Además, sugirió “imponer análisis patrimoniales financieros a los uniformados y sus familias”, para establecer “sus ingresos, sus gastos y su estilo de vida, todo este tema vinculado a cómo maneja el policía que está en estos lugares vulnerables”.
Y el tercer elemento es el uso polígrafo para interpelar a los policías de seguridad penitenciaria “si tiene relación con el crimen organizado y si ha recibido dinero”.