Cochabambino de oro: Aldo Balderrama, un reconocido chef que se convirtió en un ejemplo de superación y perseverancia
Con un talento innato y una humildad única, Aldo tuvo una trayectoria internacional siempre destacando los sabores y riquezas bolivianas, por lo que es nuestro Cochabambino de Oro
Con un talento innato se abrió camino en el mundo de la pastelería y se ha consolidado, como uno de los mejores pasteleros en el país, ganando su respeto de reconocidos chefs internacionales. Aldo Balderrama, Cochabambino de Oro.
Aldo tenía sólo 18 años cuando convertido en padre se inició en el rubro pastelero empíricamente pero con una habilidad heredada de su difunta madre.
“He intentado muchas cosas y tenía el don oculto de mamá, ella era chef pastelera, entonces fui a trabajar a ‘La Cancha’ limpiando moldes de tortas, solo limpiaba durante toda la noche y de ahí un día no vino la persona que decoraba las tortas y la señora (la dueña) decía que no ha venido, que no ha venido, y yo dije: si no es duro, no es pesado el trabajo, (me respondió) ‘a ver hacelo y decore”, contó.
Tras descubrir su don culinario, el reconocido chef tuvo grandes maestros que lo acompañaron en su formación.
“Sabía que yo sabía decorar, y vio la señora que tenía capacidad y me llevó a un gran maestro que no está acá, es chef de cocina ahora, es Denis Salazar”, dijo.
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Aldo estudió en la filial peruana de la renombrada Escuela Francesa de Gastronomía ‘Le Cordon Bleu’, donde tuvo la oportunidad de dejar en alto la riqueza boliviana.
“Logré hacer una maestría en Perú, soy titulado de Le Cordon Bleu”, manifestó
Aldo ya lleva 25 años de carrera en el mundo de la pastelería, tuvo la oportunidad de participar en eventos de talla internacional y compartir con chefs reconocidos con varias estrellas Michelin.
“Me he ganado su respeto con mucho trabajo. Uno de mis docentes era el chef Daniel Puchín, por ejemplo, que he sido el segundo al mando del pastel de la princesa Diana”, indicó.
El chef cochabambino fue elegido para representar a Bolivia en campeonatos mundiales de pastelería, aunque a uno de ellos no pudo asistir por factores económicos.
“Me invitaron a un campeonato mundial de pastelería en Italia, hice un concurso en Argentina”, dijo.
Después de una formación extensa, Alto Balderrama abrió su propia pastelería con su esposa, quien dejó su carrera para ser el soporte del negocio familiar.
“Yo soy contador, pero para apoyarlo a él, y yo sé, yo siempre he apostado por él, por todo lo que hace, siempre ha tenido mi apoyo, entonces he dicho no, yo voy a seguir con él y él me ha enseñado”, contó orgullosa Geovana Del Barco, esposa de Aldo.
Los pasteles de Aldo son requeridos en el mercado, su especialidad son los de boda y temáticos. Sumado a esto, en los últimos años también ha ganado popularidad en las redes sociales, donde enseña tips de pastelería.
Su éxito está acompañado de su hospitalidad, el chef regala sonrisas a través de sus pasteles a gente de escasos recursos.
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La otra faceta de Aldo fue la de docente, aunque tuvo que dejar de lado la formación de nuevas generaciones para enfocarse en su próximo reto, el Campeonato Mundial de Pastelería, donde quiere que los nombres de Cochabamba y Bolivia se destaquen.
“Practico, al ir todos los días al instituto de arte, yo aprendo todos los días algo, aprendo a dibujar, aprendo a crear mi diseño, aprendo técnicas que veo cómo transferir en azúcar”, indicó.
Aldo no solo es el orgullo de su familia, sino de muchos bolivianos, por lo que ahora celebramos su talento innato, por llevar sus sabores dulces por el mundo y por ser un ejemplo de superación y perseverancia: Aldo Balderrama es nuestro ¡Cochabambino de Oro!
