Las educadoras que son luz y esperanza para personas con discapacidad visual
El trabajo de estas maestras no solo se limita a enseñar a leer y escribir, sino también se convierten en una guía muy importante para las personas con discapacidad visual
Su dedicación y las enseñanzas que difunden convierten a las maestras de personas no videntes en faros de luz y esperanza. Algunas llevan más de 20 años en esta noble labor.
“Conocí a mucha gente, muchos padres de familia, muchos pequeños, que ahora ya también tienen sus propias familias, son independientes. A uno le dicen que es como una mamá, que es como una persona que no ven con los ojos, pero la sienten con el corazón”, señaló Mariela Carillo, una de las maestras.
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Cada una de estas maestras es un faro de luz en la oscuridad para las personas con discapacidad visual. Así, se han convertido en un puente para que estas personas alcancen sus sueños y desafíos.
“Yo trabajo con los recién nacidos. O sea, es como echarle agüita a una planta. Vemos cómo el desarrollo se va dando en los niños. Eso nos llena de alegría y mucha satisfacción”, señaló la profesora María Antonieta Hoyos.
El trabajo de estas maestras no solo se limita a enseñar a leer y escribir, sino también se convierten en guía y abren las puertas a muchas posibilidades para las personas a las que educan.
“Es satisfactorio ver el resultado del trabajo de uno, ver que ellos, en el caso especialmente de las personas con baja visión, que es lo que yo hago, ver cómo han adquirido técnicas para manejarse con la poca visión que les queda”, señala la educadora Cristina Delgadillo.
La paciencia, dedicación y amor por la enseñanza la acompañan con valores fundamentales, como el respeto hacia las diferencias que tienen las personas
“Los valores son lo principal. El principal valor es el respeto, desde la aceptación ya hay un respeto, ya hay un cariño y una dedicación”, indica Rosario Callejas, profesora.
Por su compromiso, por su pasión y entrega, las maestras para personas con discapacidad visual son Cruceñas de Oro.
