Nardy Zuñagua, la joven emprendedora que transforma la basura en bolsas y “plastimadera”
La ingeniera Nardy Zuñagua es por este motivo una “Boliviana de oro”. Su emprendimiento le da un respiro al planeta, pero además genera empleos y consciencia ambiental.
Recicla plástico para crear bolsas y “plastimadera” en su emprendimiento en el que no solo da otra vida a los desechos que casi siempre terminan en la basura, sino que además genera empleos y conciencia ambiental.
No es una industria más, se trata de un negocio en el que los desperdicios de plástico con materia la prima. En este lugar fabrican bolsas de plástico con un sello particular. La ingeniera Nardy Zuñagua es por este motivo una “Boliviana de oro”.
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“Yo veo a alguien que bota plástico y digo: no boten, materia prima”, señaló.
Pero no es todo. Zuñagua no busca quedarse con el secreto de su éxito y quiere compartir con el mundo una de las formas de cuidar el planeta.
“Nos gustaría enseñar más a la gente todo este tipo de plástico, cuál es cuál (...) podamos reciclar todo este tipo de plástico, volverlo a meter al proceso, sacar nuevos productos”, afirma.
Una vez que la materia prima llega a la planta gracias al trabajo de recicladoras del país, comienza el proceso para dar luz a bolsas de todo tipo.
“Nuestras bolsas son recicladas, reciclables y recicladas, obviamente hecha para cada rubro y área, tenemos en diferentes presentaciones y materiales”, destaca Miriam Mamani, parte de Inplaz, el emprendimiento Zuñagua.
Con base en los desechos, en el emprendimiento se fabrican bolsas para basura, de empaque, para construcciones, por nombrar algunos.
“Estos últimos meses ya hemos llegado a las 30 toneladas de reciclaje, porque no solamente estamos haciendo un solo producto, estamos variando en diferentes tipos de productos, ahora el nuevo que tenemos es el plastimadera”, relata Zuñagua.
Para impulsar la consciencia ambiental, las personas que reciclan los plásticos pueden cambiarlos por vegetales que se cultivan en la misma planta. Llevan sus bolsas y se llevan lechugas, por ejemplo.
“No nos rendimos, nada es imposible y sacamos lo que es el plastimadera, para que no sólo sean para muebles, si no que ayuden también a lo que es pisos, paredes y otros objetos que se puedan hacer para así reciclar mucho más”, destaca Zuñagua.
