¿Por qué Judas Iscariote traicionó a Jesús?

Este jueves se da inicio al Triduo Pascual, núcleo de las celebraciones litúrgicas de la Iglesia Católica. Se recuerda la Última Cena, día en que Judas entrega a su Maestro

Publicación: 28/03/2024 16:16
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Una representación del famoso Beso de Judas

Este Jueves Santo se recuerda la Última Cena, una celebración especial que luego dará paso al arresto de Jesús y su posterior crucifixión.

Uno de los personajes centrales de esta historia es Judas Iscariote, el traidor, uno de los 12 Apóstoles de Jesús. Según relata la Biblia, en una noche como hoy, Judas cumple el trato que hizo con el Sanedrín, tribunal religioso judío, y entrega a su Maestro a cambio de 30 monedas de plata.

Pero, ¿por qué Judas traicionó a Jesús?

Judas fue el único judío entre los 12 discípulos que Jesús eligió que no provenía de Galilea. Poseía ideas religiosas más enraizadas y un gran apego a las concepciones tradicionales del Mesías, que era esperado en la forma de un profeta, de un gran sacerdote o de un rey que derrotaría a los invasores romanos.

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Judas es cautivado por la figura de Jesús, por lo que expertos creen que cuando éste se presenta como hijo de Dios, debió sufrir un gran impacto y una terrible decepción, ya que lo que esperaba era un libertador.

Samuel Berberián, doctor en Religiones Comparadas, concuerda con esta teoría: “Judas era un hombre idealista. Siguió al Maestro porque, al igual que los otros apóstoles, pensó que los iba a sacar de la opresión”.

Quizá Judas pensó que el arresto de Jesús provocaría una sublevación. Esta tesis está presente en la famosa obra de teatro Jesucristo Superstar, donde además se señala que estaba predestinado a ser el traidor. El autor español JJ Benítez, autor del libro Caballo de Troya, también tiene la misma teoría.

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La codicia ha sido la razón más popularmente aceptada, pues el mismo San Juan hace constar que el Iscariote hurtaba dinero de la bolsa común a su cargo, al igual que registra el capcioso reclamo que hace a Jesús cuando una mujer derrama un frasco de fino perfume, cuyo valor calcula él mismo, con sospechosa exactitud, en 300 denarios.

El historiador bíblico Giuseppe Ricciotti, creen que además de la codicia debió existir otra motivación adicional, que lo llevó a devolver el dinero y a matarse: “Esta no es la actitud de un simple avaro, pues éste habría quedado satisfecho con el lucro obtenido”.

El sacerdote jesuita y teólogo Rolando Alvarado señala que 30 monedas de plata no era una cifra muy elevada y que la traición empezó a gestarse a partir de la decepción: “Judas quería un líder político beligerante mientras Jesús decía ser la puerta, el camino, algo que ningún rabino judío afirmaría de sí mismo. Judas sintió temor de perder sus convicciones religiosas”.

Por ello hay dos posibilidades sobre las razones que lo llevaron a la traición: una, el temor a perder la estima de Jesús tras ser denunciados sus desfalcos. La otra, razones ligadas al radicalismo del Iscariote, que esperara una rebelión o su decepción por no haber encontrado al líder que creía era Jesús.

Hay también una explicación desde el punto de vista estrictamente religioso: en el Evangelio de Juan se dice expresamente que “el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo”; en el de Lucas se describe: “Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los Doce”.

De este modo, se va más allá de las motivaciones históricas y se explica lo sucedido basándose en la responsabilidad personal de Judas, “que cedió miserablemente a una tentación del Maligno”, señala un artículo del medio católico ACI Prensa.

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¿Hay espacio para la redención?

La secta denominada de los cainitas, sostenía que Judas, al traicionar a Jesús había hecho una buena obra pues así había permitido la salvación. Tal postura quedó registrada en un manuscrito, denominado Evangelio de Judas, que registra asimismo varias conversaciones entre este personaje y Jesús. El obispo Irineo de Lyon, hacia el año 180 d.C, confirmaba la existencia del texto y declaraba ya que era una herejía que le daba a Judas un mérito por su papel.

La misma ley judía declaraba maldito a quien muriera colgado, con lo cual, el suicidio era sólo la última y más irremediable de toda una serie de decisiones tomadas por Judas en base a la codicia, el orgullo, el egocentrismo o incluso la desesperación.

*Con información del diario Prensa Libre