Anapo espera que aceite vegetal para plantas de biodiésel se pague a precios competitivos y urge aprobación de biotecnología
Desde Anapo subrayan la urgencia de implementar la biotecnología y asegurar precios competitivos para la soya, sin los cuales la planta podría no alcanzar su máximo potencial de producción.
Desde la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) están prestos para cumplir la demanda de aceite de soya que requerirá el Gobierno para cubrir la producción de biodiésel, pero se espera que se pague un precio competitivo por este producto que también es parte de la oferta exportable y en un contexto en el que se pide aprobar el uso de biotecnología para aumentar los rendimientos en el campo.
“Nosotros creemos que cualquier compra que vaya a hacer el Gobierno de aceite vegetal a la agroindustria tiene que ser a precio de mercado, a precios de indiferencia de exportación”, contempló el gerente general de Anapo, Jaime Hernández, al ser consultado sobre la Planta de Biodiésel I, que fue inaugurada en Santa Cruz.
El ejecutivo explicó que actualmente, y tomando en cuenta la producción que hay en el país, a lo que se puede recurrir es al aceite vegetal que se tiene como excedente y que se destina a las exportaciones que significan divisas frescas para el país.
Según la información que maneja el Gobierno, la factoría instalada en la capital cruceña requerirá de 70.000 toneladas de aceite vegetal, el cual puede provenir de la soya, pero también de otros cultivos como el macororó.
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“En este caso van a recurrir al aceite vegetal de soya, que es el único disponible y que lo va a seguir siendo por lo menos en el corto, mediano y largo plazo”, manifestó el gerente de Anapo al ser consultado por UNITEL.
¿Cuánto significa estas 70.000 toneladas en exportaciones para el sector oleaginoso? A decir de Hernández, si se toma como referencia el precio promedio de exportación de la gestión 2023, la cifra se acerca a los $us 70 millones, que son divisas que dejarían de ingresar al país porque se trata de aceite que va a ser asignado para la producción de biodiésel.
Ante este escenario, el ejecutivo remarcó que el principal incentivo que realmente va a permitir aumentar la producción de grano de soya es que los productores tengan acceso a la biotecnología y, por consiguiente, se responderá sin problemas a la demanda de aceite para las plantas de biodiésel que el Gobierno tiene en agenda.
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Desde Anapo subrayan la urgencia de implementar la biotecnología y asegurar precios competitivos para la soya, sin los cuales la planta podría no alcanzar su máximo potencial de producción.
Según la entidad productiva, la implementación de estas tecnologías podría incrementar la productividad hasta un 30% a corto plazo, lo que representan 180.000 toneladas de aceite vegetal adicionales que garantizarían el abastecimiento necesario para la reciente planta de biodiésel en Santa Cruz y la segunda que está en construcción en la ciudad de El Alto.