Edgar Gómez, uno de los pioneros de la educación en el Plan 3.000 y testigo de su desarrollo
Este año la ciudadela cumplió 41 años de fundación. Edgar Gómez fue uno de los pioneros de la educación en esta ciudadela, a la que dedicó más de 20 años formando niños y jóvenes


En 1983 el turbión del río Piraí tomó por sorpresa a Santa Cruz, convirtiéndose en uno de los desastres naturales más graves que le tocó afrontar al departamento cruceño y que le cambió la vida a miles de familias que al quedarse sin hogar, fueron reubicadas en el Plan 3.000. Este fenómeno también significó un importante desafío para el profesor Edgar Gómez, quien llegó desde Cochabamba junto a su familia para impulsar el primer proyecto educativo en la ahora ciudadela.
En Cochabamba el profesor Gómez educaba en el colegio Buenas Nuevas, una iniciativa que era financiada por la Cooperación Sueca, que identificó que tras la riada del Piraí y la reubicación de familias, no existía ninguna unidad educativa en el Plan 3.000. Fue entonces que le propusieron al profesor liderar un nuevo proyecto en esta ciudadela.
“En el año 83, cuando se produjo la riada muchos niños se quedaron sin escuela. Cuando anunciamos en el 87 que oficialmente íbamos a abrir, faltando cuatro días comenzaron a formarse colas inmensas fuera del establecimiento”, recuerda Gómez.
El profesor puntualiza que como era una zona relativamente nueva, no existían servicios básicos, las vías de acceso eran precarias, incluidas las calles para llegar a este colegio.
“Por ejemplo, para tener la energía eléctrica, se tuvo que postear y estirar los cables desde el cuarto anillo y avenida San Aurelio, hasta el punto donde estaba el colegio. De hecho, resultó que el colegio era el único punto que contaba con energía eléctrica”, recuerda el profesor.
Tampoco había agua potable en la zona y por ello las familias tenían que perforar sus pozos para abastecerse de este insumo. Fue por ello que el prácticamente se vio obligado a instalar un tanque elevado para atender las necesidades de los niños en la unidad educativa.

El profesor Gómez recuerda que las vías eran muy precarias y fue entonces que los vecinos se organizaron y lograron que las autoridades concluyan el asfaltado para que los niños puedan llegar en mejores condiciones al colegio Buenas Nuevas.
“Hoy por hoy, podemos gozar de un asfalto hasta la rotonda”, señaló.
De los 50 años que el profesor Edgar Gómez lleva en el magisterio, más de 20 años estuvieron íntegramente dedicados a la formación de niños y jóvenes del Plan 3.000. Ahora este educador afronta sus últimos días en las aulas.
“Este es mi último año, estoy terminando mis trámites de jubilación porque quiero dar paso a gente nueva, con mente nueva y que tenga el mismo o mayor espíritu hacia sus semejantes para dedicarse íntegramente a este ramo de educación, que creo que es el mejor trabajo que el ser humano puede hacer”, señaló Gómez.
Finalmente, el educador destacó la incansable lucha de los vecinos del Plan 3.000. “La gente es trabajadora, pujante, incansable de en busca de su progreso. Para ellos, mil felicidades”, señala el profesor Gómez.