Política de subvención: Anapo advierte que sin control se generan distorsiones y mercados paralelos
“Si no tenemos la capacidad de controlar, obviamente genera distorsiones y estos mercados paralelos que no necesariamente entran dentro de la legalidad”, sostuvo el presidente de la entidad productiva
El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Fernando Romero, cuestionó la política de subvención al considerar que genera distorsión de precios y crea mercados paralelos, por lo que abogó por aumentar la producción a través de la biotecnología, tema que se encuentra en pleno debate con el Gobierno nacional y que verá nuevos resultados en los próximos días.
Según el ejecutivo, el tema es que el subsidio genera distorsión en los mercados y por ello consideró que se debe tener un control riguroso y cuidar lo que se subsidia, poniendo como ejemplo la subvención de carburantes que ha generado “un mercado negro de contrabando” que lleva el diésel y la gasolina a otros países.
“Si no tenemos la capacidad de controlar, obviamente se generan distorsiones y estos mercados paralelos que no necesariamente entran dentro de la legalidad”, sostuvo el presidente de la entidad productiva
No obstante, Romero remarcó que los subsidios no son un mal instrumento, sino que hay que saber manejarlos dentro de las cadenas productivas para que no se generen distorsiones en el mercado.
La libertad de los mercados normalmente se equilibra en oferta y demanda, esas son las leyes de los mercados, cuando uno mete los subsidios, distorsiones, franja de precios, cupos, entre otros, esas son las distorsiones. Pueden ser buenas ideas, pero no necesariamente tener buenos resultados”, advirtió el dirigente.
Desde Anapo se pronunciaron sobre el tema de las subvenciones en un contexto en el que el Gobierno nacional enfila la importación de 60.000 toneladas de trigo que será destinado y subvencionado a través de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa).
Romero subrayó que los granos que se importan de países como Brasil y Argentina son producidos con una tecnología que está prohibida de utilizar en Bolivia, por lo que consideró que la mejor salida en torno a este tema de granos importados y subsidiados es apostar por la productividad nacional.
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En 2024, el Gobierno proyectó en el Presupuesto General un total de Bs 700 millones para la subvención de alimentos, que incluye la compra de maíz que debe abastecer al sector pecuario, además de solventar la compra de arroz para tratar de mantener los precios bajos en los mercados.
“La respuesta es apostar a la productividad, no sólo porque nos hace más eficientes, sino ahorran costos, tiene impactos positivos en el medio ambiente, pero por sobre todo genera estabilidad de los mercados y genera excedentes que van a alimentar a estas cadenas productivas tan estratégicas para el país que producen alimentos para los bolivianos”, concluyó Romero.