Desequilibrios económicos estructurales guardan relación con el aumento de inflación en Bolivia, señala Bloomberg
“La reciente aceleración inflacionaria en Bolivia, evidente desde fines de 2024, no es un fenómeno aislado ni responde a un shock externo inesperado”, dijo Jhonatan Fortún, economista del IIF


Según un reciente reporte de Bloomberg, compañía internacional de asesoría financiera, el acelerado aumento de la inflación en Bolivia respondería a una serie de “desequilibrios económicos estructurales” que se extendieron por años, pero que hasta el momento habían sido contenidos bajo un esquema caracterizado por un tipo de cambio fijo, subsidios generalizados y un Estado sobredimensionado.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), al tercer trimestre del 2025, Bolivia registra una inflación acumulada del 5%, índice que alcanza el 66,6% de lo proyectado por el Gobierno para este año, tomando en cuenta que se estableció una tasa del 7,5% en el Presupuesto General del Estado (PGE).
“Bolivia pasó de estar en el club de los países con la menor inflación en la región a padecer por el aumento de los precios en medio de un panorama marcado por la escasez de divisas y de combustible, con el trasfondo del declive de las exportaciones de gas”, señala el reporte de Bloomberg.
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Asimismo, en 2024, la inflación acumulada llegó a su nivel más alto desde el 2008 y se situó en el 9,97%. En marzo pasado, la inflación se ubicó en el 14,63% interanual, según datos publicados por el INE.
“La reciente aceleración inflacionaria en Bolivia, evidente desde fines de 2024, no es un fenómeno aislado ni responde a un shock externo inesperado”, dice Jonathan Fortún, economista del Instituto Internacional de Finanzas (IIF).
Aumento de importaciones
Bloomberg también reseña que la dependencia de insumos importados refuerza este efecto, dado que Bolivia importa más de la mitad de sus insumos productivos, incluyendo alimentos, fertilizantes y repuestos industriales, así como combustibles que se venden internamente a precios muy por debajo del costo de adquisición.
La diferencia es cubierta por el Tesoro, lo que generó en 2024 un gasto superior a los $us 2.300 millones en un contexto de reservas agotadas, de acuerdo a cifras aportadas por el IIF. “El déficit del Tesoro alcanzó el 9,7% del PIB en 2023 y probablemente superó el 10,5% en 2024, aunque el gobierno ha evitado publicar cifras consolidadas recientes”, acotó Fortún.

En su análisis, el economista agregó que si se incorpora el déficit operativo de las empresas estatales, especialmente YPFB, que pasó de ser generadora de divisas a importadora de combustibles, el déficit consolidado del sector público supera el 15% del PIB.
Para Jonathan Fortún, lo que comenzó a reflejarse en los índices de precios en los últimos meses “no es una disrupción puntual, sino la manifestación de un régimen económico que ha comenzado a desbordarse”.
De esta manera, Bolivia se ha consolidado como el cuarto país más inflacionario de América Latina, después de Argentina, Venezuela y Cuba, a pesar de que en los años de la pandemia era uno de los países con menor inflación en el mundo.